¡¡¡Que cuelguen al jurado!!!

¡¡¡Que cuelguen al jurado!!!

Alguno ya habrá tenido la tentación de pedir la cabeza, por segunda vez, de los miembros del jurado constituido para la frustrada elección del cartel de San Ginés de 2017. Jurado que ha sido pasado por la piedra por haber resuelto declarar desierto el concurso. Ni malos artistas, ni cuestionamiento de la carrera de nadie, pero sí una patada al ego de alguno que encontró sus más férreos defensores en las redes sociales. Nadie habló de la aceptación de las bases, pero todos a una a defender el orgullo ultrajado de los concursantes.
 
Hoy, sin conocer ni un cartel de los presentados a aquel concurso, me siento al lado de los rechazados, solidariamente herido, pero por un motivo diferente al supuesto desprecio infligido. El Ayuntamiento, tras el deshonroso fallo anunció el encargo a un artista, a Pepe Dámaso, nombre que desconozco si fue sugerido por algún miembro del  jurado, que de ser así merece un reproche. Y me siento solidario porque pienso si el cartel presentado por Pepe Dámaso ha descendido el supuesto bajo listón de los presentados a concurso.
La trayectoria plástica de Dámaso no tiene un pase y, por tanto, el cartel tampoco
La trayectoria plástica de Dámaso no tiene un pase y, por tanto, el cartel tampoco.  No lo tuvo antes, no lo tiene ahora, pero CC  anda empeñada en que si en algún sitio está, es a la altura de Manrique, tal que los afectos entre ambos hubieran contagiado el talento de quien lo tenía a quien carecía de él. Se puede explicar la falta de talento, que nada tiene que ver con la simpatía de la persona, la ternura que inspira en estos momentos de su vida, pero que ni una ni otra justifican nada que no merezca. Ni siete museos en Canarias ni insultar la inteligencia y usar de manera perversa recursos públicos para la que ha organizado Clavijo.
 
El cartel no es bueno, no es un buen cuadro, no es un buen dibujo, ni es un buen collage. Y si algo duda en cómo resolverlo, le coloca la corbata porque la perspectiva del ojo del puente se intuye complicada. No es naif, no es povera, no es surrealista... y me entristece que a un hombre como Pepe, alguien pretenda hacerle creer, pretenda hacernos creer, que en el panorama plástico de Canarias el siglo XX se escribe con su apellido. Y que nadie les tosa a los embaucadores.

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