Árboles

La presentación pública del servicio de creación, conservación, limpieza y mantenimiento de parques, zonas verdes y jardines de Arrecife debiera ir acompañada de una reflexión sobre el papel que deben desempeñar los árboles en la ciudad. Se echa en falta desde hace décadas, pero no llega, no acaba de llegar, a pesar de que el estado del arbolado en Arrecife es deprimente. 

Falta gran cantidad de árboles en la ciudad y, lejos de subsanarse esta deficiencia, se talan con una facilidad escalofriante. Se recurre con demasiada frecuencia a podas de acortamiento de ramas, podas salvajes, que generan serios problemas de cicatrización de las heridas y posterior brote de las ramas. La arboleda de alineación, típica de las ciudades al ocupar las aceras de las calles, requiere de equipos multidisciplinarios y muy capacitados, y, con perdón, la experiencia indica que no hay una adecuada capacitación de las empresas y empleados que realizan las podas y se ocupan de la buena salud de los árboles.
 
“La OMS recomienda entre diez y quince metros cuadrados de espacio verde por habitante, y en Arrecife los números están muy por debajo”
 
Por si no fuera poco, no hay entre la población suficiente conciencia de los múltiples beneficios y servicios ambientales que ofrecen los árboles, y eso hace que se practique, en muchos casos, podas por cuenta propia, se cuelguen carteles y cables clavados con tachas, presenten heridas derivadas del maltrato, y otros daños.
 
La Organización Mundial de la Salud recomienda entre diez y quince metros cuadrados de espacio verde por habitante, y en Arrecife los números están muy por debajo. Así como en España hay unos 60 árboles por persona, no se trata de conseguir que a cada arrecifeño le corresponda su media de diez decenas, reconociendo que sería hermoso, ¿no es cierto? Bastaría, para empezar, con que a cada ciudadano le toque un promedio de un árbol en un plazo de cuatro años. Serían unos 60.000 árboles a razón de 15.000 al año, plantando una media de 40 diarios.
 
La gran ventaja seria que, en muy poco tiempo, se transformaría radicalmente la fisonomía de Arrecife a base de verde, sombra, frescor y amplios tapices que ocultarían la mala arquitectura y el pésimo urbanismo que ha campado a sus anchas en la ciudad.
 
Ernesto Cedrés

Comentarios