Las ventas se desmoronan

En la avenida y en todos lados: el pequeño comercio está en crisis

Formarse y especializarse o morir: este es el desafío que tiene ante sí el pequeño comercio tradicional de proximidad.
En la avenida y en todos lados: el pequeño comercio está en crisis

Las ventas del pequeño comercio tradicional se desmoronan en la avenida marítima y en el centro Arrecife. Pero lo mismo sucede en todos los centros comerciales tradicionales que han sido peatonalizados de Canarias y en el resto del Estado. La razón no es atribuible a las restricciones impuestas a la circulación motorizada, sino a los profundos cambios que se están produciendo en el comercio en los últimos años.
 
A 27.000 millones de euros asciende la caida de las ventas del comercio tradicional desde que se desató la crisis, un jugoso trozo del mercado que ha ido a parar a las medianas y grandes superficies y las ciber plataformas. Por ello, la pequeña tienda de proximidad se ve seriamente cuestionada por las transformaciones que se están produciendo en la oferta, que tiende a concentrarse en las afueras de las ciudades buscando accesibilidad y facilidades a la hora de aparcar. Y también por el comercio en Internet, que está creciendo a una velocidad vertiginosa.
 
Entre 2008 y 2016 el sector del comercio ha perdido mil empleos
El pequeño comercio tradicional se ve en la tesitura de reconvertirse o echar la persiana por falta de clientes. Las droguerías cerraron en su momento, pero en su lugar se instalaron otros comercios. Lo mismo sucede hoy día, ya que las cifras indican que la capacidad de adaptación del comercio es grande. En 2008, había censados en la isla 1.428 comercios y en 2016 la cifra subió a 1.747, con una profunda crisis entre medias. Con todo, los pequeños comerciantes autónomos están en declive porque no pueden competir con unas plataformas de logística y comercio electrónico que no conocen bandera alguna y arrasan con el clásico tendero de la esquina.
 
En el mismo período 2008-2016, el sector del comercio ha perdido mil efectivos en la isla, pasando de 10.776 a 9.725 trabajadores. El retroceso en ventas y número de empleos se está registrado en todos los subsectores, desde la alimentación a la ropa y el calzado, pasando por las tecnologías de la información y la comunicación. Esta regresión de la tienda tradicional se produce a la par que ha crecido ligeramente el gasto de los hogares, lo cual confirma que está aumentando el volumen de otras formas de venta.
 
Se está produciendo una reconversión de los centros comerciales tradicionales
Así las cosas, no queda otra que formarse y especializarse o morir. Este es el desafío que tiene ante sí el pequeño comercio tradicional de proximidad, ya que el consumidor tiene numerosas posibilidades de elección en tiempo real a la hora de realizar una compra. Cantidad, calidad y precio son variables que un cliente puede conocer en un instante. Por eso, la apuesta por la calidad y la proximidad ofreciendo un servicio personalizado son las opciones que tiene ante sí el pequeño comercio, porque en cuanto a cantidad y precios no puede competir ni con el comercio electrónico ni con las grandes superficies.
 
De fondo se está produciendo otro fenómeno, que es la reconversión de los centros comerciales tradicionales de los núcleos urbanos. Unos bajan la persiana y caen los precios de venta y alquiler de los locales comerciales, pero este fenómeno atrae a otros emprendedores con nuevas ideas y proyectos de negocio. El mundo gira, es cierto, porque en 2008 la superficie de venta total en la isla era de 207.436 metros cuadrados y en 2016 había ascendido a 246.872. Pero con levantar la reja y esperar sentado a que entre un cliente ya no se va a ningún lado.

Aparcamientos y actividades

En 2013 se realizó una encuesta a las pequeñas y medianas empresas del comercio y la hostelería. Los empresarios lo tienen claro: la falta de aparcamiento es uno de los grandes problemas que se detectaron a la hora de potenciar las distintas zonas comerciales de la isla. Por otro lado, no parecen estar dispuestos a unirse para resolver sus problemas, puesto que el nivel de asociacionismo de las empresas de Lanzarote es muy bajo: sólo un 7,24% de ellas manifestaron estar vinculadas a alguna asociación.
 
La mitad dijo que su situación económica era regular, mientras que las más antiguas manifestaron encontrarse en peor situación económica. Entre las actividades propuestas por los distintos negocios de cara a dinamizar su zona comercial sobresalieron tres: actividades infantiles, actividades musicales y mercados y mercadillos. Los encuestados también reclamaban más ayuda por parte de las administraciones públicas, como la rebaja de la presión fiscal y la potenciación de la promoción.

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