Lo mismo de siempre
Hace más tiempo que el deseable que la agenda local permanece prácticamente invariable años tras año. Los grandes temas siguen siendo los mismos, igual de grandes y continúan estando pendientes de solución, mientras que por el camino surge una y otra vez el capítulo de imprevistos, un conglomerado que es hijo de la falta de previsión y de planificación y que, por su, carácter urgente, salpica de distracciones los vanos intentos de abordar y resolver lo realmente importante.
Instalada en las prisas que impone la urgencia, la isla parece que va, cuando, en realidad, viene y regresa siempre al mismo sitio debido a la vana manía de correr detrás de los papeles cuando sopla el viento. Y eso ni es dinamismo ni es gobierno, por lo que no resulta extraño que la política sea unos de los principales problemas insulares, a juicio de la ciudadanía. Ya no resulta paradójico, sino dramático, que la caja de herramientas que necesitamos para reparar las averías se considere un problema en sí mismo.
Los años pasan y los temas quedan, incluyendo la incompetencia pública
Las asignaturas que Lanzarote traslada a 2018 son casi las mismas que las de este año, y el anterior, y al anterior… No hace falta ser adivino para sostener que la escasez de empleo y de oportunidades, junto al aumento de la pobreza, centrarán de nuevo las preocupaciones cotidianas de un número muy importante de personas, mientras se mira hacia el turismo con moderada esperanza por si fuese capaz de generar puestos de trabajo de forma significativa. Cosa que no va a ocurrir porque es imposible. Lo más que se puede esperar del turismo es que la demanda se mantenga alta en el tiempo y, con ella, los niveles de ocupación, para alentar los planes de rehabilitación y de reconversión de la oferta alojativa, dinamizando así la construcción y creando empleo.
El año nuevo volverá a poner sobre la mesa viejos asuntos como la mejora de las infraestructuras en el Puerto de Arrecife, la ampliación del Puerto de Playa Blanca, el conflicto de los Centros Turísticos o la tramitación y/o aprobación de diverso planeamiento de ámbito insular y municipal, como el nuevo Plan Insular, el Especial de La Geria o el General de Arrecife. Los años pasan y los temas quedan, incluyendo la incompetencia pública.
