Parado espero

Parece incongruente, pero no lo es. Todavía causa extrañeza que, con plena ocupación turística, la tasa de paro en la isla no haya bajado del 20 por ciento. Es decir, hoy carecen de empleo dos de cada diez personas integradas en el mercado de trabajo. Esas dos de cada diez personas conforman la tasa de paro, un eufemismo que enmascara la sensación de fracaso que envuelve a 13.000 seres humanos en Lanzarote, impidiéndoles desarrollar sus vidas y hacer realidad sus sueños.
 
No debiera causar asombro que la isla sea incapaz de crear algunos miles de puestos de trabajo más. Y ello a pesar del lleno turístico que, una vez más, sobreviene en Canarias debido a los males ajenos, y no a los aciertos propios, considerando el sol y las playas un mérito de la naturaleza, y no de los canarios.
 
Egipto o Túnez son algunos destinos competidores que padecen situaciones de inseguridad, provocando el desvío de los paquetes vacacionales hacia Canarias. Pero el número de parados no baja lo suficiente. Y no disminuye más porque el sector alojativo no es capaz de ocupar muchos más trabajadores, tarea asumida en las últimas décadas por la construcción y sus actividades asociadas. Anota: tampoco lo conseguirá la nueva Ley del Suelo, porque no se promueve con ese fin.
 
“Mejorar la cantidad y calidad del empleo en Lanzarote exige un plan, ampliamente consensuado, a ser posible”
 
¿Qué hay que hacer para crear más empleo? ¿Se puede hacer algo? Sólo la diversificación económica y energética, junto a la remodelación de la planta alojativa antigua, pueden garantizar la creación de nuevos puestos de trabajo, sin obviar que es imprescindible mejorar la calidad y acabar con la temporalidad de los empleos. Tanto es así que, el año pasado, el 90 por ciento de los contratos registrados en Lanzarote fueron temporales. Y, de ellos, seis de cada diez fueron inferiores a tres meses. Así no hay quien viva.
 
El año pasado acabó con 13.725 parados en la isla. El mayor porcentaje tienen entre 45 y 54 años, seis de cada diez sólo poseen estudios primarios, uno de cada dos jóvenes menores de 25 años no sabe lo que es tener un empleo y más de la mitad de los parados residen en Arrecife, aunque alberga menos del 40 por ciento de la población residente en Lanzarote. Por todo ello, la creación de puestos de trabajo debe convertirse en una prioridad absoluta, eso sí, sin depredar ni el territorio ni los recursos naturales.
 
Diez años hemos tardado en recuperar los niveles de empleo anteriores a la crisis, muy lejos aún de la menor tasa de paro que se recuerda, poco más de 2.000 desempleados en 1999. Expresar buenos deseos no basta y aplicarse no es suficiente. Mejorar la cantidad y calidad del empleo en Lanzarote exige un plan. Ampliamente consensuado, a ser posible.
 
Tanausú Lemes

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