EFEMÉRIDES

Treinta años ya de ‘Vientos y velas del pasado’, de Amigos de Portonao

Gran baluarte de la cultura marinera, Pepe Borges Cabrera es amigo del mar, cuyos aires son para él fuente de inspiración.
Treinta años ya de ‘Vientos y velas del pasado’, de Amigos de Portonao

Hace unos meses, en mayo, se cumplió el 30 aniversario de la presentación de una obra magistral de la música tradicional de las Islas: ‘Velas y vientos del pasado’. Se editaron mil discos-libros de este tesoro que Amigos de Portonao regaló a la cultura en 1987. Se dijo entonces que no basta con poner el nombre de puerto a Arrecife, sino que hay que recuperar el espíritu de esas velas, los vientos que las movían y los hombres que vivían de cara a la mar.
 
Aunque ya se venía reuniendo desde 1978 en un antiguo almacén de Puerto de Naos con la intención de conservar las canciones populares del viejo Arrecife, Amigos de Portonao nace en 1984 y graban su primer álbum discográfico y literario en 1987. ‘Velas y Vientos del Pasado’ es una obra soberbia que destila afecto sincero por la capital de la isla. Fue realizada sin carácter comercial, intentando recoger la historia y la música del Arrecife porteño del siglo XIX y comienzos del XX. Sobresalen los aires marineros, habaneras y canciones tradicionales que nos transportan, a bordo de veleros, hasta la Cuba colonial española. Nieto e hijo de hombres curtidos en la mar, José Borges Cabrera es el alma del grupo y del disco-libro.
 
La historia de Arrecife se escribe con el puño y letra de los marinos -¿y, por qué no?- y de Amigos de Portonao (porto, de puerto, y nao, de nave, embarcación). Pepe Borges vivió y respiró ‘Velas y vientos del Pasado’, un disco libro donde se recogen con cariño y nostalgia todas esas pequeñas historias y anécdotas que constituyen la intrahistoria de nuestro pueblo. Arrecife, pueblo marinero por excelencia, tuvo apenas hace 35 años la flota pesquera artesanal mayor del Archipiélago; su puerto pesquero, donde se encontraba centrada la mayor actividad laboral, era Portonao, tal como lo pronunciaban los marineros de la época.
 
Las letras de las canciones corrieron a cargo de Gervasio García Borges y Pepe Borges Cabrera, mientras que de la música y la dirección se ocupó Pepe Borges. El grupo contaba entonces con ocho componentes: José Borges, guitarra y mandolina; Gervasio García Borges, voz y guitarra; Heraclio Niz Fernández, guitarra y voz; Sergio Brito Rodríguez, laúd; Juan Arrocha García, laúd; y las voces solistas de Antonio Niz Fernández, Pedro Borges Martín y Valentín Fernández Arrocha. Luís Morales se incorporaría más tarde, en 1988, acudiendo a la llamada de su amigo Pepe Borges. También Juan Rodríguez y Manuel Arrocha.
 
“Una gran verdad trajo y trae Amigos de Portonao al mostrar el recio y antiguo anclaje de los arrecifeños con el mar”
El disco-libro contiene fotos antiguas de Arrecife propiedad de Alberto Lasso y realizadas por su tío político, el fotógrafo Aquiles Heitz Augier. Aquel año de la gozosa aparición de ‘Velas y vientos del pasado’, un joven de 28 años pregonaba las fiestas de San Ginés. “Nos empeñamos en insistir en el recurso al volcán, con el campesino como baluarte, olvidando los orígenes del Puerto…”, dijo, evocando la cultura marinera y porteña de Arrecife. Tras la lectura del pregón, actuó Amigos de Portonao: feliz coincidencia.
 
La irrupción de Amigos de Portonao en el panorama de la música tradicional lanzaroteña y canaria fue un gran acontecimiento que hizo saltar por los aires los pespuntes del folclore de la época, que era netamente campesino. La aparición del grupo, humilde y honesta aunque rigurosa, fue sencillamente apoteósica. Aconteció un 30 de noviembre de 1984. Ese día se presentan formalmente en la Sociedad Torrelavega, aunque ya habían actuado con anterioridad en el parque Islas Canarias y en la Sociedad Democracia. Sinceridad, limpieza, tradición… una gran verdad portaba y porta el grupo al mostrar el recio y antiguo anclaje de los arrecifeños con el mar. Desde entonces, su sola presencia nos embarga de emoción.
 
Marineros, roncotes, maquinistas, pescadores, armadores, carpinteros de ribera, capitanes, calafates, patrones… El mar trajo a la ciudad una gran variedad de oficios, de los que casi no queda rastro en el Arrecife de hoy, entre otras razones porque “todo el mundo ve Arrecife como un limón que ha de exprimir”, diría Pepe Borges hace mucho tiempo.
 
Lanzarote es una isla marinera; el mar siempre ha estado con nosotros, a pesar de que a última hora le hicimos el feo de cerrarlo para no verlo.
Pepe Borges, 1990

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