Top Secret, 25 de septiembre de 2018

Siete estrellas rojigualdas

Siete estrellas rojigualdas

Siete estrellas rojigualdas
El nacionalismo de Coalición Canaria (CC) ha asumido con naturalidad la bandera de las siete estrellas verdes (ocho ya), que tiene un fuerte acento reivindicativo sobre el territorio y los sentimientos. Por eso mismo, ha llamado la atención el despliegue de españolidad del alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort. Teguise se ha caracterizado siempre por sus profundas raíces nacionalistas. Allí nació el PIL, que ha flirteado con la autodeterminación en su ideario, y desde hace más de 35 años no se conoce otro gobierno que no sea insularista o nacionalista. Unas veces con más contundencia, otras con menos. En su momento, la bandera tricolor de las siete estrellas verdes llegó a ondear en el mástil municipal y en el despacho de la Alcaldía. Ahora, sin embargo, parece que aquellos tiempos van cayendo en el olvido. Y del tricolor con estrellas verdes se ha pasado al rojigualdo español con el Ejército poniendo las estrellas. Así nos lo hizo ver ayer un destacado nacionalista (y de CC) que ha alucinado al ver al Oswaldo Betancort rodeado de altos mandos del Ejército y promoviendo y promocionando una jura de la bandera de España nada menos que en la Plaza de La Mareta. Previo concierto de la banda militar en la Plaza de los Leones. No le vale, a quien nos hace llegar la queja, que ejerciéramos como abogados del diablo tratando de justificar a Oswaldo con el argumento de que el nacionalismo de CC es pro unidad de España (miren, si no, lo que opinan en el caso catalán). El hombre, porque fue un hombre el del berrinche, asegura que ni piensa desempolvar el terno para ir a ver cómo se jura la bandera. ¿La jurará el alcalde, por cierto?
 
Más madera
Y en esas estábamos, dando forma a lo apuntado por el indignado militante de Coalición, cuando, de repente, llega una nota de prensa de los Jóvenes Nacionalistas de CC. El piberío nacionalista está encochinado porque Teguise ha pasado ampliamente de organizar ningún acto conmemorativo de la tricolor con siete estrellas verdes (ocho, insistimos). Su presidente, David Toledo, no lo ha podido decir más claro: “Es un día muy importante para quienes luchamos por la consolidación nacional del pueblo canario y no entendemos cómo un Ayuntamiento gobernado por un partido nacionalista puede pasar por alto esta fecha y, sin embargo, dos días antes, tenga programado celebrar una jura de bandera española organizada por el Ministerio de Defensa”. Pues eso, que tome nota Oswaldo Betancort que para esas fechas llenará la Villa de Teguise de banderas y estrellas, en efecto, pero banderas de España y estrellas de los militares españoles. Muy nacionalista todo ello. Me gusta la bandera, me gusta la bandera, ¡ay mamá!, bandera rojigualda...
 
El silencio del PIL
Dos de los más destacados representantes del Partido de Independientes de Lanzarote, PIL, en las instituciones, el vicepresidente del Cabildo Manuel Cabrera, y el director insular de Empleo, Feliciano Díaz, han pegado portazo al ¿partido? y se han ido. Lo han hecho con enorme ruido con lo que la dirección del PIL no puede argumentar que no se han enterado de nada. En su despedida, Cabrera les acusa de ser unos pechofríos. Incapaces de rearmar al partido, de volver a generar ilusión y, por contra, entregados al sueldo que les proporciona Coalición Canaria, en el caso del Presidente del PIL, enchufado por la Consejería de Educación para alejarlo de las aulas. Y no le falta razón a Manuel Cabrera. Porque si ruidosa ha sido su salida, no menos ruidosa ha sido la respuesta de la dirección insularista. ¿No la han oído? Pues precisamente por eso: hay silencios más estruendosos que el mayor de los gritos. En este caso el PIL no tiene ni energía para rebatir estas fugas. Silencio absoluto. Resignación. Agachar las orejas y seguir liberado. Quién te ha visto y quién te ve, PIL. Nos preparamos para el funeral.

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