EFEMÉRIDES
Aquellos tiempos en que los aviones amerizaban en Lanzarote

Precisamente el año del nacimiento de César Manrique, en 1919, ameriza en la playa del Reducto de Arrecife un hidroavión pilotado por Henry Lefranc y James Roujand.
El aeropuerto César Manrique-Lanzarote registró 61.000 operaciones aéreas el año pasado, transportando a más de siete millones de pasajeros y 1.600 toneladas de mercancías. Impensable hace cien años. El mundo moderno no se comprende sin la industria aeronáutica y los aviones son una imagen muy familiar en el cielo de la isla, pero, a comienzos del siglo XX, verlos era una rareza y un extraordinario acontecimiento. Aquellos extraños artefactos voladores congregaban multitudes.
Al establecerse la ruta aérea de Sevilla a Canarias, los aviones se vieron en la necesidad de sobrevolar Lanzarote dando lugar a la construcción, en 1936, de un campo de auxilio en los suelos arenosos de los Llanos de Guacimeta, un hecho que significa el primer paso hacia la creación de un aeródromo en la isla. Poco después, a mediados del año 1940, el Ejército del Aire aprueba la construcción de un aeródromo como parte de un plan de defensa del Archipiélago. Pero los primeros aviones que visitaron la isla no aterrizaron, sino que amerizaron en sus aguas.
En 1924, el capitán Ramón Franco ameriza en el puerto de Arrecife
Precisamente el año del nacimiento de César Manrique, en 1919, ameriza en la playa del Reducto de Arrecife un hidroavión pilotado por Henry Lefranc y James Roujand. Dos años más tarde, el consulado francés solicita un informe sobre las condiciones de Arrecife para la posible llegada de hidroaviones y aeroplanos, según los investigadores Antonio Montelongo y Marcial Falero. La I Guerra Mundial propició avances extraordinarios en la aviación y los pilotos más intrépidos se dispusieron a conquistar el mundo por el aire.
En 1924, de regreso a la Península, el capitán Ramón Franco ameriza en el puerto de Arrecife a los mandos de un hidroavión Dornier Wal. El hermano del dictador va acompañado del capitán Alejandro Más, el comandante Guillermo Delgado y el fotógrafo Leopoldo Alonso. El vuelo formaba parte del primer raid de la Aviación Militar Española, conectando Melilla y Santa Cruz de Tenerife. Tres años después, ameriza en el puerto de Arrecife la patrulla 'Atlántida', compuesta por tres hidroaviones Dornier Wal.
En 1946 se abre provisionalmente el aeropuerto de Lanzarote al tráfico civil
Tras finalizar la II Guerra Mundial, en 1946 se abre provisionalmente el aeropuerto de Lanzarote al tráfico civil, acondicionándose para ello parte del edificio principal que albergaba las dependencias del destacamento militar. Un año más tarde tiene lugar la apertura oficial al tráfico aéreo nacional. Ya en la década de los 50 se realizan obras de reparación y acondicionamiento de la pista, se construye una plataforma para estacionamiento de aeronaves y se inician las gestiones para dotar al aeropuerto de una pista afirmada.
La evolución del aeropuerto da un vuelco cuando, en 1965, se asigna al Cabildo de Lanzarote la construcción de una pista de vuelo afirmada, una intervención que acomete a través de su empresa de Vías y Obras, creada precisamente para realizar la obra pública que la entonces débil iniciativa privada no era capaz de asumir. En 1969 se realizan las obras de construcción de un nuevo edificio terminal de pasajeros, y en 1970, queda abierto al tráfico internacional. A partir de ahí, lo demás sí que es historia, toda ella recogida en el Museo Aeronáutico de Lanzarote, ubicado en la primera terminal de viajeros.