Biosfera digital se va a Cannes

Biosfera digital se va a Cannes

...O al menos una pequeña delegación, el que suscribe y otro más, se desplazará en representación de este medio el próximo mes de mayo hasta esta localidad del sur de Francia donde se celebra (el que dicen que es) el mejor Festival de Cine del mundo.  Será además una edición señalada, porque el Festival cumple 70 años y para celebrar la efeméride ya se ha garantizado la participación de varios de los popes del cine contemporáneo, nombres como Haneke, Lynch, Garrel o Sofia Coppola, tal cual fue desvelado hace unos días en conferencia de prensa oficial. Hasta allá marcharemos para informarles sobre las películas y toda clase de novedades que surjan, pero sobre todo para intentar contarles aquello que nunca sale en las crónicas de la prensa más convencional. Mucha tela, ya verán.

En Cannes se reconcentran en apenas diez días casi todas las películas que conformarán, a partir del otoño, la programación de las salas del circuito en versión original en España y en el mundo. Algunas pocas se dejarán caer incluso en la sala del CIC El Almacén. Se dice, y con razón, que si vas a Cannes prácticamente no te hará falta entrar en un cine en todo el año. Cannes marca la cosecha de la temporada, pero es un Festival que se nutre, salvo contadas excepciones, de cineastas reconocidos. Poco espacio queda para nuevos descubrimientos, labor reservada a otros festivales más pequeños, como el prestigioso Festival suizo de Locarno y otros más arrabaleros como Transcinema en el Perú. Una vez descubiertos, Cannes consagra a estos nuevos talentos como directores de los importantes. Aquí se juega la Champions League del mundillo del cine.
 
“Será nuestro cuarto Festival y hasta allí acudiremos con los habituales pertrechos: un velillo con un par de mudas y una bolsa de fruta pasada”
 
Para reafirmar esta condición de vórtice del cine mundial, Cannes no le hace ascos a Hollywood e invita a pasear por su alfombra roja a los actores más afamados del momento, que no dudan en hacer hueco en sus extenuantes agendas para lucirse también en el escaparate. La asistencia de estas vedettes empuja a mucha gente a desplazarse en masa durante las fechas del Festival. Está previsto que más de 100.000 almas se apelotonen en esos días por las calles de esta ciudad, más pequeña aún que Arrecife, a pesar de los precios delirantes del alojamiento (pueden comprobarlo en internet).
 
Nada nos interesa ese mundo de glamour y lujo con que, por desgracia, se sigue asociando al cine, como la cochinilla pegada a la penca de la tunera. A Cannes vamos a ver películas, todas las posibles, cinco diarias como norma. Con subtítulos casi siempre en inglés o francés, lo que obliga a un sobresfuerzo. Cada película exigirá además de una cola de una o dos horas, como mínimo, al solajero. Son miles los acreditados y no hay butacas para tanta gente. Será nuestro cuarto Festival de Cannes y hasta allí acudiremos con los habituales pertrechos: un velillo con un par de mudas de ropa limpia y una bolsa de fruta pasada que esperemos rebase los cada vez más exigentes controles del aeropuerto. En avión llegaremos hasta Barcelona y luego de ahí 600 kilómetros por carretera de un tirón en un carromato que también nos servirá de cobijo. Las pasiones, en pobreza, se disfrutan el triple.
 
Seguiremos informando…
 
Marco Arrocha

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