La maldición de Manrique en Gran Canaria

La maldición de Manrique en Gran Canaria

Esta semana se hizo justicia con un canario de Lanzarote pero que hizo de todo el Archipiélago su preocupación. César Manrique fue reconocido por el Cabildo Insular de Gran Canaria como Hijo Adoptivo de la Isla, lo que a la gran mayoría de isleños nos ha alegrado y se le ha hecho justicia por tanto que ha querido a la isla y a los numerosos amigos, amigas y admiradores que tiene el artista de la naturaleza o de naturaleza canaria. El acto tuvo lugar en el Auditorio Alfredo Kraus cuya ubicación inicial estaba prevista en la zona de La Puntilla. Sin embargo, en dicha plaza en el otro extremo de la playa de Las Canteras, se colocó una escultura de la serie Juguetes del Viento, que en los años 90 del siglo pasado, pero que fue retirada hace tres años para ser reparada (creo que no era la primera vez), y todavía no ha podido volver al lugar que le asignaron.
 
Nunca debió plantearse su ubicación junto a la marea por la corrosión
La ubicación del Juguete del Viento, en mi opinión, ha sido un fracaso estético y económico. Nunca debió plantearse su ubicación junto a la marea porque la corrosión de la estructura ha sido tal que han tenido que retirarla. La decisión política de cubrir aquel enorme espacio con una escultura de Manrique (sin tener en cuenta la idoneidad de la obra en el enclave por su volumen y sus condiciones de exposición al salitre permanente) ha sido vencida por los elementos, aunque pudo evitarse si se hubiera tenido en cuenta el sentido común.
 
Es cierto que se evitó que el lugar fuera cubierto por el Auditorio que hoy está al final de la zona de la Cicer (nombre que recibe de la primera central eléctrica de la isla). Un edificio de tal volumen habría sido un muro entre Las Canteras y El Confital. La idea defendida por Domingo González Chaparro era explicada por él plásticamente como un volador que recorría la playa para realizar su espectáculo artificial en el extremo de La Puntilla. Pero al final resultaba que el volador chocaba con un muro, y este se estampó contra un muro de oposición civil.
 
Tras la creación de la plaza sobre el aparcamiento, Escuela de Vela y restaurante, llegó la solución a ese descampado que ofrecía una vista penosa del poblado de chabolas de El Confital. Y la 'solución' a ese desangelado solar urbano fue colocar una obra de César Manrique, a quien en este entorno habían frustrado su proyecto para El Confital, otro desplante al artista conejero en la isla canariona. Pero nadie pensó ni tuvo la previsión de que el salitre acabaría con las piezas de esa obra que estaría más tiempo en el taller que en la plaza, un solar que le quedaba tan grande que le daba un aspecto de ridiculez, ubicada en el extremo más próximo al oleaje. Y al final se quedó en el taller con la probabilidad de que no vuelva por prescripción facultativa para evitar su deterioro irreversible anunciado.
 
Así se escribe la historia de las decisiones desacertadas de esta ciudad/isla
Hablaba con la arquitecta paisajista, Flora Pescador, acerca de nuestros coincidentes planteamientos sobre este asunto el día después del fallecimiento de Martín Chirino, y coincidimos en que éste era el espacio para la obra simbólica del escultor grancanario y gran canario. En la playa donde vivió y compartió su infancia con los Millares Sall, los Padorno, Monzón, los Gallardo, Reyno... y muchas familias que habitaban ese ecosistema de proyectos de vida e imaginación. Muy cerca de donde su padre trabajaba el metal en los talleres de reparación de buques. La posibilidad estaba ahí pero probablemente decirlo habría hecho saltar la reacción ¿Cómo quitar una obra que ya ocupaba el lugar? ¡Y, encima, de César! Y así se escribe la historia de las decisiones desacertadas de esta ciudad/isla, que son demasiadas. 
 
Ahora será imposible pedir a Martín Chirino que nos haga soñar con el viento, el mar, el horizonte, el cielo y el arte. Pero eso no quiere decir que sigamos manteniendo el error, obstinadamente, de ubicar en La Puntilla una 'chatarra' en descomposición por causas naturales.
 
Flora ha dedicado a este tema varios trabajos, de los que extraigo aquí un párrafo sobre este entorno en la visión de la arquitecta y paisajista, tal como recoge el libro de ponencias de las III Jornadas del Paisaje de Gran Canaria: “...Otros buenos ejemplos se han dirigido a posibilitar la continuidad peatonal y accesibilidad al territorio como el ejemplo actual de recorrido desde El Confital hasta El Rincón pasando en su tramo más extenso por el paseo urbano de la playa de Las Canteras. Esta continuidad en el uso conecta la ciudad de una forma amable con el espacio natural además de ofrecer panorámicas abiertas y lecturas de transición del paisaje natural que circunda a la ciudad. Algunos puntos intermedios como el de La Puntilla podrían perfectamente convertirse en un lugar muy especial de conexión de la ciudad con el mar a partir de una buena lectura desde el arte y el paisaje atendiendo a sus extraordinarios valores naturales. Un buen ejemplo de intervenciones en lugares excepcionales es el proyecto del Peine del Viento de la playa de Ondarreta en San Sebastián con la intervención conjunta de Chillida y Peña Ganchegui, una actuación ejemplar de interacción entre un medio natural de fuertes esencias marítimas y un contexto urbano. La Puntilla alberga una potencialidad semejante de poder convertirse en un lugar excepcional de interacción de arte y espacio libre entre la ciudad y el mar”.
 
Un Juguete del Viento es una escultura que “habla especialmente de los alisios”
En su opinión, un Juguete del Viento es una escultura que “habla especialmente de los alisios y que fue pensada con mucho acierto por César Manrique, en principio para la isla de Lanzarote. Para mí, en Gran Canaria es un privilegio contar con esta escultura de César a pesar de estar repetida en cinco localizaciones distintas (Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Ceuta y creo que en Alemania) quizás la repetición banaliza el valor de la misma y también el valor de los lugares al no estar pensada específicamente para la localización en donde se encuentra (en su día fue pensada por César para localizar en rotondas de Lanzarote). Esta escultura ha tenido problemas en la localización de La Puntilla debido a su propia estructura con articulaciones y con cojinetes, necesarios para que los brazos se muevan con el viento. Estas articulaciones funcionan muy mal en una situación cerca del mar y ese es el motivo de que se estropee con tanta facilidad. Probablemente sería mejor ubicarla en un entorno más protegido y asocado y también en un espacio más medido  para que pueda mantener una buena relación de escala con el lugar. 
 
Me parecería muy bien la zona de Las Coloradas como propusiste por estar muy cercana a la obra que pudimos tener de César en el Confital y que no fue posible. La Puntilla demanda desde hace mucho tiempo un proyecto pensado para ese sitio. Para mí es uno de los lugares más especiales de la ciudad de Las Palmas, justo donde nace la barra y la propia playa y que tiene un valor paisajístico enorme. Podría tener una interpretación propia desde el arte y el paisaje, podría ser un lugar de mucha energía e intensidad si se trata con sensibilidad. Alguna vez pensé que sería un lugar perfecto para una incorporar una escultura de Martín Chirino, alguien muy vinculado a la playa y que siempre hablaba del viento del mar el horizonte seguro que habría hecho algo muy especial pensado para ese sitio y con un buen proyecto de integración del paisaje”.
 
En definitiva... ¿Alguien va a pensar detenidamente sobre este tema para poner remedio a una desacertada decisión?

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