Top Secret, 14 de octubre de 2019

10-N

10-N

Seguramente será tema de conversación estos días en tertulias de familias y amigos. ¿Qué haremos el 10-N? ¿Vamos o no vamos a votar? Una cosa está clara: nadie parece contento de tener que volver a las urnas. Ahí parece haber unanimidad. Y eso, en un país de contrastadas diferencias y contradicciones, ya es mucho. Todo dios está mosqueado con la incapacidad demostrada por los líderes de los partidos para llegar a acuerdos. Y no sólo eso, sino que ninguno de ellos es culpable de absolutamente nada. Muy español eso de echarle al otro la culpa de todo. Ahí subyace uno de los argumentos de los que el 10 de noviembre no se acercarán ni de coña a un colegio electoral: seguirán siendo incapaces de llegar a acuerdos, dicen; no podemos estar votando hasta que gane uno solo o, a lo sumo, dos. Señalan en otro momento. Y no les falta razón. A las pruebas nos remitimos: no han llegado a acuerdos. Por culpa del otro, claro. Luego están los que van a ir, sin ninguna duda, a votar y en un tercer estadio y no necesariamente por orden de importanciaaquellos que todavía no tienen decidido qué hacer.

La cara

Estos últimos puede que se animen según transcurran los días y vean las reacciones de los líderes en los actos de campaña que ya han iniciado, si es que han parado algún momento en estos últimos meses. De todos ellos el más optimista parece Pedro Sánchez, el candidato del PSOE. Es verdad que este hombre ya ha demostrado ser inasequible al desaliento y le cuesta aceptar un no por respuesta. Pablo Casado, el líder del PP, es otro de los que no parece demasiado disgustado teniendo que activar otra vez la maquinaria electoral. Bien es cierto que es otro que no se da por aludido casi nunca. Y en la lista de los que se apuntan al optimismo, añadimos a un recién llegado (con partido propio), Iñigo Errejón. El hombre que ha creado Más País sólo puede ganar votos en estas elecciones. Y no parece que sean pocos, a día de hoy al menos. Puede que haya desembarcado en la política española en un buen momento y, si se cuida de no meter demasiado la pata, le esperan unos cuantos votos, y algún que otro escaño, una vez culmine la jornada del 10-N

Los tristes

Y hasta ahí los que tienen ganas de que la fiesta llegue pronto. O que, cuanto menos, no les disgusta que haya fiesta de la democracia. En el lado contrario habitan los otros dos grandes: Ciudadanos y Podemos. Los naranjitos han ido de mal en peor y no paran de lanzar mensajes contradictorios que no hacen si no confundir al electorado y a decenas de líderes de provincias que un día tienen que defender una cosa y al siguiente, la contraria. Podemos, por su parte, está más que falto de alegría. Este domingo veíamos unas imágenes de uno de sus actos más recientes. Iglesias, Montero, Echenique y otra protagonista más sobre un austero escenario y con caras largas agradeciendo la presencia de los (no muchos) asistentes. Y luego está VOX, que parece que siempre estén cabreados con el mundo, indiferente de si las encuestas les van bien o como siempre. De todos modos, todas estas tertulias de amigos y familia no servirán de mucho en cuanto se de a conocer la famosa sentencia del no menos famoso procés. Luego ya no hablaremos de otra cosa en unos buenos días.

Comentarios