Top Secret, 30 de julio de 2020

92 millones

92 millones

Obras Públicas del Gobierno de Canarias adjudica por 92 millones de euros las obras entre Puerto del Rosario y La Caldereta. Unos 17 km, para entendernos. Alguna vez hemos hablado de ello, pero es que las cosas extraordinarias conviene reiterarlas. Y, en efecto, a todos los conejeros nos parece extraordinaria tamaña inversión. Colosal, magnífica y hasta un poco increíble. Porque aquí, con mucho menos de la mitad, se hacen carreteras más largas y allá que nos las apañemos con ellas. Esta vía , con calzadas separadas de dos carriles por sentido, arcenes exteriores de 2,5 metros, e interiores de un metro, viene a unirse al tramo ya realizado de La Caldereta a Corralejo. En este caso son 18 kilómetros para un presupuesto de unos 52 millones de euros. Si sumamos comprobaremos que una sola carretera en Fuerteventura, de 35 kilómetros en total, todos llanos, sin horadar montañas ni hacer acueductos o grandes puentes que salven barrancos, ha salido por 144 millones de euros. Ahora díganme si no es para asombrarse.

Chapeau

La cara de tontos que se nos queda al repasar estas cifras no se debe a cosa distinta que a la sana envidia que producen estas decisiones. Lanzarote no ha visto una inversión ni medio parecida, en toda la historia de la autonomía. Y puede que la merezcamos. Seguro que la merecemos. Pero nos da la sensación de que aquí no se saben defender estas cosas. Ya no nos referimos a una carretera bien gorda y muy cara, sino a inversiones de calado que nos pongan donde estamos: agotada ya la segunda década del siglo XXI. La magnitud de esa cifra para la carretera majorera pone de manifiesto otro aspecto del que ya no se habla: la Triple Paridad era algo más folcklórico que efectivo. Cuando la hubo, Lanzarote no recibía del Gobierno de Canarias sino disgustos. Ahora no la hay y a los majoreros les va de maravilla. Nosotros seguimos igual, gracias.

Coraje

Y, sí, da mucho coraje ver cómo en la mitad norte de Fuerteventura se hacen cosas a lo grande -a todo lo grande que ellos quieran- y aquí seguimos admitiendo parches y regateos de mercadillo. Y lo peor del caso es que somos nosotros mismos los que acudimos a negociar ya con los pantalones a la altura de las rodillas. Ponemos el ejemplo, una vez más, de la magnífica oportunidad de soterrar la carretera al paso por Argana y el nudo de enlace con Playa Honda. Por no ser pesados con otras cosas. Bien, pues estas dos obras, sencillísimas de proyectar y hacer, como lo demuestra que hay fleje de ellas en multitud de ciudades del mundo entero, en Canarias también, naturalmente, en Lanzarote nos rajamos poniendo para ello veinte mil absurdas excusas. Desde técnicos que dicen que empezar un jueves da mala suerte a políticos que apelan a la solidaridad con no se quién para evitar pedir la pasta que cuesta eso. Al final, otro puentito de todo a cien en Playa Honda y una rotondilla elevada, como en los cochitos de las atracciones de feria, para Argana Alta. ¡Cuánta mediocridad!

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