Ahorro de energía, una forma de luchar en Lanzarote contra el cambio climático

El consumo de energía eléctrica superó los 816.000 Megavatios/hora (MWh) en Lanzarote el año pasado, repartidos entre más de 80.000 clientes (contadores) y con un consumo medio por abonado de más de 10 MWh. Con estos niveles de consumo de energía eléctrica de los residentes y los turistas, queda mucho por hacer en el terreno del ahorro para contribuir desde la isla a la lucha contra la contaminación atmosférica, el calentamiento global y el cambio climático, ya que gran parte de la energía eléctrica que consumimos se genera con combustibles fósiles. 

 

Las energías fósiles, como el petróleo, se van agotando, el cambio climático avanza imparable y el medio ambiente sufre las consecuencias de nuestras acciones. Es por ello que muchas organizaciones buscan sensibilizar a la población sobre la importancia de ahorrar energía y pedirles a los gobiernos un uso racional de los recursos energéticos o de buscar alternativas que favorezcan al medio ambiente. El Día Mundial del Ahorro de Energía se conmemora cada 21 de octubre y fue instaurado precisamente para ayudar a conservar los recursos naturales y lograr mayor eficiencia energética. 

 

Lanzarote consume una enorme cantidad de energía para suministrar agua a la población, aunque cada vez más se viene vinculando la energía limpia a la desalación de agua. El de Los Valles fue el primer parque eólico que aportó energía limpia y renovable a la producción energética para la desalación de agua de mar para consumo humano. Actualmente, la mayor parte de esa producción de energía se realiza con combustibles fósiles, pero, afortunadamente, crece cada año la producción de energía procedente de fuentes renovables, sobre todo la eólica.  

 

Si bien los gobiernos tienen una competencia ineludible en cuando a materia energética y cuidado del medio ambiente, las personas podemos aportar y contribuir diariamente ahorrando energía. Muchos esfuerzos individuales se convierten en un logro de alcances significativos para la sociedad. Ahora bien, ¿qué podemos hacer? Pues existen cosas muy simples con las que podemos ayudar. Por ejemplo, podemos utilizar la luz natural mientras sea posible, desenchufar dispositivos o cargadores que no necesitemos o utilizar bombillas de bajo consumo. Son pequeños gestos que, considerados en su conjunto, mejoran la salud del planeta.  

 

Aunque en el fondo sabemos que debemos cuidar el planeta, no todos asumimos nuestra parte de responsabilidad en hacerlo. Sin que nos suponga un gran esfuerzo, también podemos apagar luces o televisores que no estemos utilizando, controlar el uso de la calefacción y aire acondicionado, desenchufar aquellos aparatos que no necesitan de conexión continua o procurar descongelar los alimentos a temperatura ambiente, sin la utilización del microondas.