Top Secret, 18 de mayo de 2018

Alarma en la Autonómica

Alarma en la Autonómica
Ha sido denunciar el PP conejero que la tele canaria no va a echar el partido de la UD Lanzarote contra el Villarrobledo y dimitir el presidente del Consejo Rector de la Autonómica, Santiago Negrín.  El PSOE lo ha calificado de “dramático”. E igual se han venido un poco arriba. Seamos honestos. No tiene que ver una cosa con la otra. Pero las dos (o tres) son ciertas: la tele canaria no emitirá la UD Lanzarote-CP Villarrobledo, ha dimitido Negrín y el PSOE dice que eso es drámático. Por partes. Como suele ser habitual, la que dicen que es la tele de todos los canarios vuelve a dar la espalda a Lanzarote. Ha sido el PP en la isla quien ha calificado que es lamentable que un medio público, financiado con el dinero de todos los canarios, sea tan arbitrario y muestre tan poco apoyo e implicación con los equipos de las islas menos pobladas, máxime en un encuentro tan importante como el que disputa la UD este próximo domingo en la Ciudad Deportiva, correspondiente al playoff de ascenso a Segunda B. Como quiera que no es la primera, ni la segunda, ni la tercera vez que ocurre y teniendo en cuenta que cada vez que ha pasado algún político ha dicho que se quejaría contundentemente, habremos de concluir que el peso específico de nuestros políticos fuera de Lanzarote equivale a ocho (parlamentarios) multiplicado por cero (influencia). 8 x 0 = 0.
 
Negrín ya es historia
Se le acabaron las pilas. Y eso que parecían buenas. Tan gallito como se mostraba metiéndose con unos y con otros en las comisiones parlamentarias de la cosa esa (RTV Canaria, entiéndase). Al final se pira. Arroja la toalla. Se rinde. Huye. Ojo, él es un gestor del 15, o más, un profesional que, de no haber nacido, habría que gestarlo pero ya. Y dos veces a poder ser, para cuando se resfriara uno. Su fracaso no es suyo, sino de lo que él ha denominado, en la hora del adiós, “política partidista”,  “controversia jurídica” y  “presión mediática”. Mucho ha tardado en darse cuenta. Y eso que es de una de las islas más pobladas, que dicen que allí los hacen más inteligentes. O eso se creen ellos. Ha añadido, además, que su salud se ha visto mermada y que no puede continuar con el encargo que se le hizo. Esto último es comprensible, además de creíble. A Negrín lo enchufó ahí Coalición Canaria en 2015 y su mandato ha estado salpicado de polémicas, dimisiones, acusaciones y, en efecto, una presión mediática casi insostenible por parte de un periódico provincial con intereses en una productora aspirante a la tarta millonaria de los informativos. No aflojó hasta que le dieron el contrato. Son 144 millones en ocho años. Luego ese rotativo lo dejó en paz. A él y al presidente Clavijo, al que también tenían frito hasta que dejaron de tenerlo frito. Pero como somos todos tontos, no nos dimos cuenta de que nada de esto estaba pasando.
 
El drama
Y así las cosas, el secretario general de los socialistas canarios está muy afligido. No se sabe si por temor a que quiten 'En Clave de Ja' o porque es un fan de Pepe Benavente. Lo cierto es que, en un comunicado, ha expresado su preocupación por la situación “excepcional y dramática” en la que se coloca Radiotelevisión Canaria tras la fuga de Negrín. “Entramos en un escenario inédito que precisa de medidas excepcionales”, ha dicho el máximo dirigente canario del principal partido de la oposición. En fin, más allá de lo afligido que pueda estar el gerifalte socialista, lo compungidos que andan los nacionalistas sin el instrumento que nos iba a dar cohesión como pueblo, aunque sea a base de sangre y chabacanería, el mosqueo del PP por no poder ver el fútbol, etc... etc... convendrán con este Top Secret que si los que mandan son incapaces de poner en marcha una tele, y garantizar su continuidad como sucede en las decenas de emisoras que hay en este país, poco podemos esperar de asuntos de verdad serios como la nefasta aplicación de la Ley de la Dependencia, las listas de espera sanitarias, la escasa calidad de la educación pública, los altos índices de pobreza, entre otras cuestiones que, esas sí, son dramáticas.

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