Opinión

Anteponer el interés de Canarias

Anteponer el interés de Canarias

Increíblemente, los distintos gobiernos que ha tenido España a lo largo de estas últimas cuatro décadas no entendieron y siguen sin comprender que no somos una colonia española y que aspiramos a que se nos reconozcan nuestros derechos históricos como pueblo diferenciado, anclado entre Europa, África y América. Aspiramos a mantener las herramientas económicas y fiscales que vieron la luz desde los Reyes Católicos y que hoy se explicitan en una Ley Orgánica como la del REF.

El Régimen Económico y Fiscal que otorga un marco adecuado a nuestro Archipiélago no es un privilegio para quienes vivimos y trabajamos en esta tierra, sino una serie de medidas fiscales y económicas que tienen por objeto compensar el especial handicap que significa la lejanía y la fragmentación de nuestro territorio.

A ningún Gobierno de España, en estos últimos cuarenta años, se le ha ocurrido cuestionar los derechos históricos de vascos o navarros. Sin embargo, a Canarias se le cuestionan una y otra vez. Solo cuando han necesitado el apoyo de los diputados nacionalistas canarios han sido capaces, porque no les quedó otra, de entendernos y de atendernos.

No se trata sólo del anclaje jurídico que nuestro Régimen Económico y Fiscal tenga con más o menos precisión en la Constitución. La débil posición de Canarias y el poder de navarros y vascos quedó reflejado en el texto constitucional del 78. Se trata de un asunto político y de justicia con el único territorio anexionado por España que tiene un reconocimiento singular en el último Tratado de la Unión Europea: Europa nos reconoce lo que España nos niega.

Canarias ha tenido que enfrentarse a gobiernos de España de distintos colores políticos en diferentes ocasiones en las que los intereses de los canarios fueron pisoteados. Por citar sólo algunos ejemplos, en 1993 presidiendo el Ejecutivo autonómico Jerónimo Saavedra y gobernando en Madrid su partido, con Felipe González liderando un gabinete que nos negaba el pan y la sal, el traspaso del INSALUD, la carreteras y el REF — vez el REF– estaban en el centro del conflicto. Todo terminó con un cambio de Gobierno en Canarias y con la unidad de los distintos partidos nacionalistas de las Islas.

En el 2012 se desató una crisis política entre Canarias y Madrid por las prospecciones petrolíferas que el Gobierno de Rajoy impulsaba en beneficio de REPSOL. El pueblo canario, unido como nunca antes, ganó aquel pulso.

Ahora el Gobierno de Pedro Sánchez es muy sensible y generoso con los asuntos de vascos, navarros y catalanes, pero icatero, tacaño y mezquino con los de los canarios. Las largas que le están dando a la entrega de los 900 millones de euros ganados por Canarias en los Tribunales de Justicia y la vulneración del REF en el apartado referido a las producciones audiovisuales son solo algunos ejemplos. También el daño que están haciéndole a las Islas con la política migratoria que están llevando a cabo.

Hasta ahora el Ejecutivo canario lucha en todos los escenarios para que el Gobierno de España entienda nuestros problemas, pero los resultados están por llegar. Nuestro presidente, Ángel Victor Torres, tiene que dejar claro ante sus compañeros socialistas peninsulares y ante el Gobierno que preside su secretario general, Pedro Sánchez, que los intereses de Canarias están muy por encima de los intereses de partido. Si no fuera así, sus socios en Canarias están en la obligación de recordárselo antes de que la torpeza del Gobierno de Sánchez contamine el pacto que gobierna en el Archipiélago.

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