Top Secret, 13 de septiembre de 2019

Anthony

Anthony

A Anthony Fernandes Casanueva no hay nada que se le resista. Desde bien pequeño su madre, Zohila, se ha encargado de dejárselo bien claro. A él y a cualquiera que pusiera la más mínima objeción o impedimento a su desarrollo como ser humano. Desde que Anthony fue escolarizado su madre jamás permitió que se le marginara por cuestiones relativas a sus limitaciones físicas. Con la lógica salvedad de todo aquello que supusiera someterle a un riesgo innecesario. Y, obviamente, si le obligan a ir a clase en un segundo piso, que haya medios para salvar esa barrera. Circunstancia que la Ley obliga, por otra parte. Pero de todos es sabido que los primeros incumplidores de la ley suelen ser aquellos que la hacen. Desde el primer colegio al que Anthony fue -el CEIP Dr. Alfonso Spínola, de La Villa de Teguise- Anthony y su madre han tenido que derribar las otras barreras: las de la insensibilidad, falta de comprensión, las burocráticas. Las peores, en definitiva. Como dato curioso contaremos que en el CEIP Dr. Alfonso Spínola de La Villa, cuando Anthony fue escolarizado allí, había un ascensor nuevo pero que no funcionaba. Y así siguió largos años pese a las reiteradas quejas de toda la comunidad educativa. Individualmente y como Consejo Escolar. Pero “los de arriba” como si oyeran llover.

Rapidez

Por eso, y por un montón de ejemplos más, nos ha llamado la atención la celeridad con que la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias ha resuelto o, mejor, ha parcheado la imposibilidad de Anthony de empezar las clases de segundo de Bachilletaro en la EA Pancho Lasso. Inmediatamente han autorizado a la dirección del centro a que se utilice el espacio de la biblioteca como aula para las clases que reciba el joven. Mientras, se está tramitando la construcción de una plataforma que sirva para salvar las alturas. Y, como tercer objetivo, habilitar el famoso ascensor que los anteriores dirigentes de la Educación en Canarias vienen prometiendo desde 2017. Lo sabe bien una alumna igualmente con movilidad reducida que a principios de ese año le dijeron, sin ruborizarse, que “en seis meses” estaba el ascensor. Vamos a tomarlo con cautela, pero este rápido resolver las cosas, aunque sea de manera provisional y, fundamentalmente, la naturalidad con la que lo han hecho y explicado hace albergar alguna esperanza de encontrar vida inteligente en la nueva Consejería de Educación y sus representantes en la isla. Así sea.

El transparente

El alcalde de Haría, el socialista Alfredo Villalba, ha ordenado a su departamento de comunicación que envíe una nota de prensa a los medios con una foto suya y otra de su nómina. Dice que es lo de la nueva política, más transparencia y esas cosas. Luego añade que si acaso queremos, está disponible para entrevistas. Debe ser apasionante escuchar a un político hablar de su nómina. ¿Y a usted cuánto le retienen? ¡Hay que ver cómo está esto de las retenciones, eh! ¿Y llega a fin de mes o le sobra sueldo? Pregunta, esta última, que refiriéndonos a un político, es un tanto absurda. Como absurdo es que nos mande la nómina cuando ya todo el mundo sabe lo que cobra, no por un acto suyo de generosidad para con el resto del mundo, sino porque los sueldos de los políticos se aprueban en pleno y, por tanto, son públicos. Ahora, si es para dar envidia, casi mejor la manda cuando cobre la doble. O las dobles.

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