Apagando fuegos

La creciente llegada de embarcaciones repletas de migrantes, muchos de ellos menores, ha obligado a las oenegés e instituciones locales a arbitrar soluciones de emergencia. Este martes se instalaron unas carpas hinchables donde ubicar momentáneamente a los menores mientras se busca una solución más acorde con la dignidad de las personas. Un intento, de lenta respuesta, ha sido el de albergarlos en las infrautilizadas instalaciones del Ejército en Arrecife. Pero esta institución de respuesta inmediata cuando han de intervenir ante catástrofes naturales no se muestra tan diligente cuando han de responder desde los despachos. El Gobierno de Canarias lo ha intentado pero esto no es un sí inmediato. En caso de que finalmente sea sí. Lo cierto es que el aumento en la llegada de pateras nos ha pillado con el pie cambiado. Y, aunque la improvisación se nos suele dar muy bien en Canarias (fíjense cuántas escuelas hay a base de unir barracones), esta vez no sabemos muy bien cómo actuar. Porque, para más inri, ni los olemos. El SIVE no ve o no sirve para lo que fue concebido. Para los juegos de palabras ya ven que se presta a la perfección.

 

Ante esta inoperancia institucional, la oenegé Open Arms anuncia que traslada un equipo de salvamento para hacer frente a esta creciente llegada de pateras. Así lo adelantó el responsable del equipo de Salvamento de la Organización, José Luís Smoris, durante la I Conferencia Club Rotary Maspalomas: 'Refugiados e Inmigrantes, Paz, África y el Desarrollo'. Open Armas es una organización no gubernamental y sin ánimo de lucro cuya principal misión es rescatar del mar a los refugiados que llegan a Europa huyendo de conflictos bélicos, persecución o pobreza. Nace de una empresa de socorrismo y salvamento marítimo con dilatada experiencia en las costas españolas. Se dedican a la vigilancia y salvamento de las embarcaciones de personas que necesitan auxilio en el Mar Egeo y Mediterráneo central (ahora también en esta parte del Atlántico), así como a la denuncia de todas las injusticias que están pasando y que nadie cuenta. Todo empezó con unas fotos de niños ahogados en una playa. 

 

Los brazos de Open Arms incluyen también asistencia en tierra. Cuentan con un equipo  de psicólogos y psicólogas especialistas en situaciones de crisis, emergencias y víctimas de terrorismo que apoyan a los socorristas en todas las fases de su labor. Al volver, ofrecen el apoyo psicológico necesario con el objetivo de ayudar a gestionar las situaciones vividas, prevenir la aparición de estrés postraumático y ayudar a la vuelta a su realidad cotidiana, a la vez que garantizar su estabilidad emocional para futuras intervenciones. Y, ya que estamos, hay tres modos de echar un cable al proyecto: hacer donativos, convertirse en voluntarios o, simplemente, difundiendo su mensaje. Todo a partir de la consulta en www.proactivaopenarms.org