Apuestas en el PIL

Si el PIL fuera lo que fue antes del estampido de la Operación Unión, este lunes habría una grandísima expectación ante la rueda de prensa de su presidente. ¿Qué dirá Ramón Bermúdez? Cuando el PIL iba camino de ser una organización para delinquir (en realidad ya lo era, sólo que ni fiscales ni jueces de la época lo olían) bastaba que los faxes escupieran una convocatoria de rueda de prensa para que las redacciones se pusieran en guardia. Casi nunca defraudaba el mensaje que  salía de esa comparecencia. Luego todo saltó por los aires y el Partido de Independientes de Lanzarote quedó reducido a cenizas. Pero hete aquí que uno de sus cargos públicos más avispadillos, Ramón Bermúdez, logró hacerse con la presidencia de la formación insularista una vez que la militancia creyó conveniente romper definitivamente con la familia del fundador. Y vinieron elecciones y el PIL pagó la factura con el delictivo pasado. Todo su poder de antaño quedó reducido a un consejero en el Cabildo, dos concejales en Arrecife, otros dos en Teguise y uno en Yaiza, San Bartolomé y Haría. Ocho cargos públicos en total. 

 

Con esas ocho actas renació el Ave Fénix. Ni tan mal. Cuatro años después, sin embargo, sólo dos de los ocho siguen fieles al partido. Y parece que uno más que otro. La “gestión” de Bermúdez (que se supone que explicará este lunes) ha dejado a seis en el camino. Ahí es nada. Primero saltaron los dos de Teguise, cuna de la formación de la tunera. Todo un síntoma. Luego, los dos de Arrecife y la de San Bartolomé fueron expulsados del partido. El consejero del Cabildo no se sabe si se ha ido cinco minutos antes de que también lo botaran o lo han botado cinco minutos antes de que se largara. Y de los ediles de Haría y Yaiza sólo el primero remite alguna que otra nota de prensa con el membrete con las siglas PIL. Bermúdez presenta un balance desolador. Difícilmente alguien que se propusiera, adrede, terminar con el partido lo hubiera hecho mejor.

 

Y este lunes regresa. Lo hace tras una larga ausencia. Los más benévolos dicen que forzada por motivos personales. Y, siendo cierto que Ramón Bermúdez ha pasado por una situación familiar complicada, no lo es menos que eso no ha de servir de excusa para que todo un partido político se paralice. Mucho menos que se autodestruya. El presidente del PIL da la cara entre acusaciones de haber usado las siglas para enchufarse en un puesto de confianza de Coalición Canaria, lejos de las aulas a las que no le importaría regresar (como todo político con carrera en la docencia, dicho sea de paso y con toda la ironía del mundo). Y ante el retorno de Bermúdez, se lanzan apuestas. ¿Qué dirá? ¿Anunciará la fecha definitiva del entierro del PIL? ¿Sacará pecho y proclamará las candidaturas para todas las corporaciones en 2019? ¿Comunicará un acuerdo con CC? ¿Quizá con VOX? ¿Dimitirá? ¿Dimiti... qué?