Cargante Coalición

A Coalición Canaria (CC) le dio tiempo de todo. De enchufar a toda suerte de afines en las administraciones públicas —que hoy torpedean la gestión de los nuevos gobiernos—; en cuidar su feudo de Tenerife asignando ingentes presupuestos; en inventarse relatos convenientes a sus intereses, ya sea para negar a intelectuales y artistas y poner sus peones en su lugar, ya para encumbrar a otros a golpe de talonario... Y pretendió que el himno de Canarias fuera una inspiración para los momentos de espera de los teléfonos del Gobierno. Lo logró, no la inspiración, sino que acabáramos hasta el occipucio de esta manifestación de nacionalismo lolailo
 
Si telefoneáramos a Boris Johnson y nos tuvieran en espera dos minutos con el himno británico; si lo hiciéramos a Torra y nos endilgaran tres minutos de Els segadors; si llamáramos a Moncloa y nos pusieran el himno nacional —seguro que hasta habrá quien se cuadre—; o nos largaran el Asturias patria querida al llamar a una consejería del Gobierno del Principado del mismo nombre, y todo en un momento tan carente de solemnidad, entiendo que cada cual se lo tomaría según sus amores o animadversiones. Pero lo que está claro es que una medida semejante es de un pueblerino de órdago, se trate de quien se trate. 
 
Tarda el Gobierno de Canarias en detener el castigo que supone tenernos en espera con las versiones con letra del himno de Canarias de la que los acólitos de CC podrán decir que no, que son los Cantos canarios de Teowaldo Power antes de su reconversión en himno. Pero no va a colar. Tarda el Gobierno en dar instrucciones inmediatas para zanjar tal asunto que es de conocimiento general, lo cual no le va a restar tiempo para las tareas de enjundia. Esta no es una de ellas y hay madeja que desenredar como para que se ocupen de tal minucia, pero es que es realmente cargante y hacen mal uso de un recurso institucional que va a terminar en un choteo del himno cuando necesiten que el personal muestre cierta dignidad en un acto público. Seguro que cuando nos lo pongan en el próximo acto nos llevaremos el móvil a la oreja: ¡Oiga, oiga! ¿Hay alguien ahí?
 
Que ya tuvimos de sobra con aquellos y ahí sigue la cantinela con estos.

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