ESPACIOS NATURALES

Chinijo, un tesoro de la naturaleza donde también viven personas

El trayecto en barco entre los puertos de Órzola y Caleta del Sebo, en La Graciosa, movió medio millón de pasajeros en 2019.

Chinijo, un tesoro de la naturaleza donde también viven personas

La presión humana es la nota común a todos los espacios naturales protegidos de Lanzarote y La Graciosa. Y la razón es bastante sencilla, ya que una gran mayoría de personas, residentes y turistas, anhelan recorrer los rincones más valiosos e inaccesibles. La Graciosa y sus islotes no escapan a esta tendencia, al punto de que el trayecto en barco entre los puertos de Órzola y Caleta del Sebo, en La Graciosa, movió medio millón de pasajeros en 2019,  un movimiento que incluye embarcados y desembarcados.
 
Órzola es la puerta de entrada al Archipiélago Chinijo, el conjunto de tres islitas y dos islotes situados al norte de Lanzarote, pero el enganche con este espacio suele producirse desde el Mirador del Río, situado a 400 metros de altitud en lo alto del risco de Famara. Si el tiempo acompaña, claro. En los días despejados, la visión de Chinijo provoca que muchos turistas se planteen de inmediato cómo acceder a un espacio cuyos simples nombres ya les resulta llamativo: Chinijo, Graciosa… 
Aquí vive gente, por lo que los usos y la gestión de este espacio protegido ha sido y es muy polémico
 
Se divide en dos espacios protegidos: la Reserva Natural Integral de Los Islotes y el Parque Natural del Archipiélago Chinijo. También cuenta con una reserva marina de pesca de 700 kilómetros cuadrados, la de mayor extensión de la Unión Europea. Es asimismo Zona de Especial Protección para las Aves. Por todo ello, su valiosa avifauna y fauna marina convierten a este espacio marítimo-terrestre en un reducto de la naturaleza. Pero también viven humanos dentro de sus fronteras, por lo que en los usos y la gestión de este espacio natural protegido siempre ha sido y es muy polémico.
 
En Caleta del Sebo residen más de 700 habitantes que se dedican sobre todo al turismo y sus servicios complementarios, y, en menor medida, a la pesca. La Graciosa es la única habitada y de ella atrae la posibilidad de comer buen pescado, recorrer el pequeño pueblo de calles sin asfaltar y sus playas. Hay varias, como las Conchas, normalmente ventosa por su orientación a sotavento; la playa del Salao, situada junto a Caleta del Sebo, donde se permite la acampada; playa Francesa, cuyo sosiego de ve alterado a ciertas horas por las embarcaciones que se dedican a las excursiones; y, la playa de la Cocina, junto a Montaña Amarilla.
El Roque del Oeste no se aprecia desde el Mirador del Río, y cuando los cuentas parece que falta uno
 
El Roque del Oeste no se aprecia desde el Mirador del Río, así que cuando cuentas los islotes parece que falta uno. Se encuentra situado a 12 kilómetros al este de Lanzarote y supone el punto más oriental del Archipiélago Canario. Su origen es volcánico y ocupa apenas siete hectáreas de superficie que se observa con claridad desde Órzola y sus inmediaciones. El otro Roque, es del Este, es un monolito de piedra casi inaccesible ubicado junto a Montaña Clara y de unas seis hectáreas de superficie que surgió como resto de un cono volcánico que ha sido desmantelado por la erosión. También es conocido como Roque del Infierno, por su aspecto inhóspito y su color negro.
 
Montaña Clara se divisa con nitidez desde el norte de La Graciosa. Tiene menos de tres kilómetros cuadrados de superficie y es un importante enclave para la avifauna marina. Más lejos, al norte, se alza la primera islita que divisaron los conquistadores castellanos de Canarias, Alegranza. Este otro importante enclave para la avifauna marina ocupa el punto más septentrional del Archipiélago Canario y es la segunda islita más grande del Chinijo. Su máxima altura se encuentra en La Caldera, a 298 metros de altitud, una de las más completas de las Islas Canarias con 1.300 metros de diámetro y unos 250 de profundidad.

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