Concejal maltratado

¿Quién es el concejal hasta hace poco con mando en plaza y actualmente en la oposición al que están maltratando desde el Gobierno municipal? Nos lo soplaban ayer y en un principio no lo podíamos creer porque, de confirmarse, estaríamos ante un claro ejercicio de malas artes políticas. Y si bien es cierto que de algunos cargos públicos no tenemos ni la más mínima duda de su sucio comportamiento, de lo atravesado de su carácter y de la cantidad de complejos que atesora y que trata de disimular con un proceder ruin, de la persona que nos aseguraban que realiza lo que nos denuncian cuesta creerlo. La polémica se centra en Arrecife como tantas otras veces, en efecto. Después de que Coalición Canaria abandonara el grupo de gobierno, en los primeros días del pasado mes de diciembre, cada cual obtuvo un nuevo echadero, como es sabido. Algunos se fueron por donde vinieron (los menos, de hecho, una sola) y otros se recolocaron en lo público: uno de Consejero no electo en el Cabildo, otra de Directora General del Gobierno de Canarias y otro de asesor también en el Cabildo. Y quedó uno, Samuel Martín, como liberado en el ayuntamiento de Arrecife como portavoz de su grupo, CC, en la oposición.

 

La venganza es un plato que se sirve frío, frase que según parece procede de ‘Las amistades peligrosas’, una obra de finales del s. XVIII que luego fue llevada al cine en distintas adaptaciones. Viene a decir que si te la han hecho, mejor es esperar a que el otro no se la espere para devolvérsela. Cierta maldad hay en eso, sí. Por ello no es esperable de la alcaldesa de Arrecife, Eva de Anta, cuyo comportamiento de puertas afuera es digno de la diplomacia monasterial. Sea como fuere es a ella a la que acusan de, cuanto menos, no haber corregido una situación administrativa que tiene a Samuel Martín sin percibir un solo euro del ayuntamiento desde que dejó el Gobierno. Olvidándonos de los acentos que queramos ponerle a la cosa, si legalmente está establecido que le corresponde asignación no hay motivos para que no la ingrese. Hay quien apunta a que De Anta obró consciente cuando firmó los decretos tras la fuga de los nacionalistas del Gobierno (sonadas fueron sus broncas con Martín quien la llegó a llamar dictadora a grito pelado en el transcurso de un pleno). Otros, sin embargo, lo achacan a un trámite burocrático de esos tan habituales en las entrañas del ayuntamiento. Si una cosa o la otra, es asunto que merece ser corregido… o explicado. O las dos cosas.

 

La política lanzaroteña es una especie de circo de tres pistas en el que mientras los malabaristas lanzan sus mazas al aire en una, los funambulistas caminan tratando de no caer al foso en otra y los payasos hacen de las suyas en la tercera. Pero como aquí inventamos nuevas disciplinas a cada paso en Coalición Canaria en San Bartolomé acaban de inaugurar el circo donde se actúa en las tres pistas a la vez. ¿Inaudito? Si, como la situación de sus concejales en el ayuntamiento. Porque, veamos, en una corporación se puede estar en el Gobierno, también en la oposición, incluso hacer oposición desde el Gobierno, como se ha visto en Arrecife hasta hace poco. Ahora bien, estar físicamente en Gobierno y Oposición a la vez ya es más complicado. Y eso es justamente lo que ocurre en San Bartolomé: Coalición Canaria tiene a dos en el Gobierno (David Rocío y Chabeli Sosa) y tres en la oposición (Óscar Pérez, Manuel Rodríguez y Emilio Gil). Este peculiar trío fue ‘fichado’ en el mercado de invierno (utilizando un símil futbolístico) y todavía no han debutado. La entrenadora no los pone y el presidente de su club tampoco hace mucho por presionar para que ‘jueguen’. Es más, a alguno de la terna ni lo hubieran fichado siquiera. Aunque tenga nombre de estatuilla dorada.