Top Secret, 4 de mayo de 2018

#Cuéntalo

#Cuéntalo
Bajo esta etiqueta mujeres de toda España, de edades y profesiones diversas, están reconociendo en Twitter haber sido víctimas de abuso en algún momento a lo largo de su vida. Es una de las muchas respuestas que la sociedad está dando a la sentencia del caso conocido como La Manada. Una canaria muy conocida ha decidido contarlo. Se trata de Dulce Xerach, abogada y escritora, ex consejera de Cultura del Cabildo de Tenerife y viceconsejera de Cultura del Gobierno de Canarias, entre otros cargos. Su tuit desvelando un abuso sexual y un abuso continuado de poder por parte de un compañero de partido, está ocasionando un sunami político de notables proporciones en un ambiente tradicionalmente muy conservador, el de Coalición Canaria en Tenerife, o ATI, como se la sigue denominando en muchos sectores. Xerach escribió textualmente “Parece fácil decir #cuéntalo cuando en realidad #nopuedocontarlo. Aunque ocurrió en 1991 en #Tenerife,quien lo hizo aún tiene poder político y me cerraría hoy más puertas de las que ya me cerró en su día por decir NO. No fue solo un abuso sexual fue un abuso continuado de poder”. Su mensaje ha sido reiterado más de trescientas cuarenta veces por otras tantas personas y en un número superior al medio millar se han adherido a él. Al mismo tiempo decenas de comentarios han apoyado a la ex política, alguno de ellos animándola a que cuente, con nombres y apellidos, de quién se trata.
 
El dedo acusador
¿Y de quién se trata? Es obvio que eso sólo lo sabe Dulce Xerach y todo aquel al que un día se lo contó, si es que se lo contó a alguien. Sin embargo, y como Canarias es muy grande para algunas cosas y no tanto para otras, una adivinanza de la magistrada Victoria Rosell publicada algunas horas en Twitter, ha sido resuelta con un nombre y un apellido: Ricardo Melchior. Efectivamente, el veterano político cumple con uno de los “requisitos” del #cuéntalo: en 1991 ya estaba en política y todavía sigue en activo puesto que es el presidente de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife. En la isla del Teide, además, todo el mundo conoce cómo acabó la cooperación política entre Melchior y Xerach: con esta última fuera de las listas electorales. Esto ligaría con lo de las puertas cerradas de las que habla la ex consejera, pero esta cuestión está por probar. Lo de la longevidad política de Melchior es evidente. Y da para otro debate. Es de esos casos en los que treinta años después de empezar la profesión, uno va tropezándose con las mismas caras pero en distintos sitios. Tipos a los que la vocación se les hace eterna, por lo visto.
 
La demanda
Total que el nombre de Melchior ya está en boca de todo el mundo en el Archipiélago y, claro, este ha amenazado con demandar a quién le relacione con la incógnita que Xerach no ha despejado. Es algo que haríamos cualquiera de nosotros si se nos acusa de algo tan grave como abusos sexuales y resulta que somos inocentes. El papel del expresidente del Cabildo de Tenerife, por tanto, está designado: ha de presentar demanda contra la magistrada Victoria Rosell si entiende que esta, con el acertijo, le señaló directamente. En un hipotético juicio, bien la parte acusadora, Melchior, bien la demandada, Rosell, habrían de proponer a Dulce Xerach como testigo que ratifique sus teorías. Parece lógico. Y la testigo, como todos los testigos, estaría obligada a decir la verdad. ¿Habrá demanda de Melchior? Si no la hay ¿deberemos interpretar algo? De momento toca esperar. Eso y mostrar el apoyo a Dulce Xerach por su acto de valentía. ¡Cuántas cosas desconocemos de la (mala) práctica política! Dijo el empresario noruego Bjorn Lyng, cuya vida ha inspirado una serie sobre la corrupción en Canarias, que “la política es el negocio más sucio en el que he estado”.  Y por lo visto hay cosas sucias, sí.

Comentarios