Top Secret, 27 de abril de 2020

Cultura y Festejos

Cultura y Festejos

Las prioridades presupuestarias en el Cabildo de Lanzarote para un futuro inmediato serán, dijo la presidenta en su comparecencia del viernes, Bienestar Social, Empleo, Obra Pública y Promoción Turística. Sobre el particular podríamos estar tres días debatiendo. Unos añadirían una y quitarían dos, otros añadirían dos y quitarían una. Unos y otros, sean quienes sean los unos y los otros, buscarían un mismo fin: crear puestos de trabajo y generar economía suficiente para que la isla recobre, cuanto antes, las constantes vitales económicas. Lo que expresamos, que no deja de ser ciega creencia en las buenas intenciones, es quizá lo que más se está echando en falta en esta larga crisis sanitaria. Honestamente pensamos que los gobiernos, que en España hay muchos y de muy distintos colores, toman las decisiones que toman pensando en que son las mejores para tratar de dar respuesta a las muchas caras que ofrece esta situación que, por recordar, ninguna de las generaciones vivas ha conocido y, por tanto, ha tratado con anterioridad. Sin embargo, el debate, ahí afuera, tiene lugar con el cuchillo entre los dientes.

Industria

Lo que parece claro es que, como ocurriera en la Gran Recesión de 2008, dos de las áreas que van a sufrir los inevitables recortes presupuestarios son Cultura y Festejos. Los distintos departamentos, y el sector en sí, son plenamente conscientes de ello. Se lamentan, y no les falta razón, pues al margen de que eso que llamamos pueblo tiene, tenemos, todo el derecho del mundo a disfrutar de eventos relacionados con la cultura y el ocio, que además forma parte de la formación intelectual de las personas, los dos campos constituyen también industria. Hay, en efecto, una industria de la cultura y de las fiestas. Es decir, empresas que viven de eso. O sea, puestos de trabajo, en esas empresas, que dependen de si hay, o no, actividad cultural y de festejos.

Consejero

El consejero de Cultura del Cabildo, Alberto Aguiar, firma un artículo de opinión en el que, al margen de ponernos al día de las múltiples reuniones que, con carácter periódico ha mantenido durante la crisis, esboza cuatro propuestas para cuando se alce el telón -usando sus palabras- de la supuesta normalidad a la que regresaremos. Una de ellas tiene que ver con el apoyo económico al sector, que lo va a necesitar. Dos a la generación de un debate interno y con la participación de la ciudadanía. Y la cuarta, una invitación a consumir cultura local. Kilómetro cero, como en gastronomía. Y esta vez parece más necesario que nunca. Hasta ahora, determinadas instituciones sólo se han acordado de lo local cuando se han tenido que apretar el cinturón -ejemplo 2008 y sucesivos-. Ahora somos el conjunto de los ciudadanos los que saldremos más que concienciados de que, en efecto, debemos cuidarnos entre nosotros. Somos los que nos hemos quedado aquí cuando todo se ha venido abajo. Así que falta un día menos para que nos empecemos a sacar las castañas del fuego entre nosotros mismos.

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