Top Secret, 16 de julio de 2019

Descolocados 'por algo'

Descolocados por algo

En Coalición Canaria siguen sin digerir la derrota. No la del día de las elecciones, que no fue tal, sino la de las negociaciones. Que fue tremenda. Repiten abrazados a una letanía lastimera que han ido a por ellos “y será por algo”. Naturalmente que es por algo. De hecho, todo es por algo. Hay pocas cosas que se hacen por nada. Así que si desterramos esa obviedad, nacionalista pero obviedad al fin, habrá que definir exactamente qué es ese “algo” al que se refieren los que ven la vida pasar desde los sillones de la oposición de la mayoría de las más importantes instituciones del Archipiélago. Con toda probabilidad, no es un solo algo de lo que estemos hablando. En Coalición Canaria verán uno, fuera de la organización vemos otro. De Clavijo para abajo, expresidente incluido, se ven como los mejores gestores, los más eficaces dirigentes, las personas más preparadas y, si nos apuran, puede que hasta los más guapos y los que mejor evitan pronunciar zetas y ces. Son la absoluta perfección llevada al terreno de los cargos públicos. Diríase que un algo intachable, irreprochable… insuperable. Seres superiores, moral e intelectualmente, que consideran poco menos que un atentado las negociaciones que han acabado limpiando los despachos y coches oficiales de semejantes castos e inmaculados seres.

La realidad

Pero la realidad es otra. Salvo que nos convenzan de lo contrario, habrá que convenir que nadie alcanza esos niveles de excelencia. Así que, probablemente, ese algo al que nos estamos refiriendo tenga que ver con que la política, en Canarias, está hasta el gorro de Coalición Canaria. Y a la mínima que sus actores lo han visto claro, se han fraguado alianzas para mandarlos a aventar lentejas. Los nacionalistas se han indignado porque hasta ahora había que contar con ellos, sí o sí, para formar gobiernos. Parece que es muy normal que CC pueda pactar con PP algunas veces, con PSOE otras, con Podemos si se dejaran, con VOX si existieran, con Nueva Canarias por la unidad del nacionalismo, con los gomeros por San Sebastián (de La Gomera), con Ciudadanos, si también existieran y, por aquí cerca, con borondones, lavas y los de la Cofradía del Concorde. Todo esto es muy lógico y natural. Ahora, si cualquiera de los citados se alía con otro de la lista descrita, ya la tenemos liada. El mundo de la política se vuelve anti natura para ir contra ellos y por algo será.

Enredos

Ese modo inmodesto y altivo de practicar el ejercicio de la política les está llevando a asegurar desde este último fin de semana, que el pacto –el de Canarias y cualquier otro donde ellos no estén– durará hasta enero. Allá donde gobiernan ellos no habrá inestabilidad, como es natural. Son los reyes de la estabilidad, como se ha demostrado estos últimos diez años de bronca continua en el Cabildo de Lanzarote y dejando en minoría al PSOE en Arrecife. Ironías al margen, Coalición parece estar atravesando por las cinco fases que dicen que tiene todo duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Lo de depresión, dicho sea no como referido a la salud mental, que es cosa seria, sino como sensación de tristeza y profundo vacío que queda al perder algo. Por el modo de comportarse, deben ir por el estadio dos, el de la ira. Los más lentos todavía andarán por la negación. Y algún avispadillo está en el tercer peldaño, el de la negociación. En esta fase se fantasea con la idea de que se puede revertir o cambiar el hecho de la muerte, o sea, de perder el poder. Ahí es muy normal preguntarse cosas como ¿qué habría pasado si...? ¿Y si hubiera pactado con este o aquél? Pensar en estrategias que hubiesen evitado el resultado final, que no es otro que lo que descubrirán cuando lleguen al nivel de aceptación. 

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