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Dilecto Manrique: César hijo póstumo de Arrecife

De él siempre se dijo que apenas hizo nada en su ciudad natal, una creencia que se desmorona si se sigue atentamente su rastro.

Dilecto Manrique: César hijo póstumo de Arrecife

El 15 marzo 2018, biosferadigital.com publicaba una crónica de JM Quintero titulada ‘El rastro de César en Arrecife’. Hay que retomarla íntegramente tras el anuncio hecho por el Ayuntamiento de Arrecife de que va a iniciar los trámites para declarar a César Manrique Hijo Predilecto a título póstumo de la ciudad en la que vio la luz, con motivo del centenario de su nacimiento.

César Manrique (1919-1992) es uno de los grandes retoños que ha dado Arrecife. De él siempre se dijo que apenas hizo nada en su ciudad natal, una creencia que se desmorona si se sigue atentamente su rastro. En la rotonda situada delante del Gran Hotel se alza la escultura ‘Barlovento’, fechada en 1970 y originalmente situada en el primer, verde,  frondoso y fresco parque Islas Canarias, por él diseñado y demolido para escarnio de la capital. Popularmente apodada ‘La Chatarra’, Manrique tributó un homenaje al marino con una de sus grandes habilidades, la reutilización de desechos. De un barco de hierro en este caso.
 
‘El Almacén’ es el mayor regalo que César le hizo a Arrecife
 
Al lado mismo, en el Islote de Fermina, el artista proyectó una intervención en los años sesenta del siglo pasado que no ha levantado cabeza después de medio siglo. Muy cerca, el Real Club Náutico, alberga un mural que realizó en 1962, nuevamente con motivos marineros. A tiro de piedra, se halla el antiguo Centro Polidimensional ‘El Almacén’, el mayor regalo que César le hizo a Arrecife. Inaugurado en 1974, en vida del dictador, fue concebido para el desarrollo de la cultura contemporánea: teatro, poesía, pintura y escultura, cine de arte y ensayo... Justo enfrente se encontraba el antiguo Estudio del pintor.
 
El edificio del Parador de Turismo contiene varios murales que pintó en 1950 y, a su lado, en el parque José Ramírez Cerdá se nota la mano del artista, desde ‘el pirulí’ de piedra volcánica hasta el parque infantil. En la acera contigua, en la oficina de CaixaBank, debe haber una pieza mural de madera, y la Casa de la Cultura ‘Agustín de la Hoz’ acoge otro mural y varios cuadros con su pintura matérica.
 
En el inmueble que albergó la señera Casa Ginory nació César en 1919
 
El perímetro de la Plaza de la Iglesia de San Ginés es una obra suya de mediados del XX y que ejecutó su mejor intérprete, un joven Luis Morales Padrón. Al lado, el paseo marítimo del Charco de San Ginés lleva su impronta aunque no pudo concluir esta obra. Hasta la Casa del Miedo fue decorada siguiendo sus sugerencias, mientras que en el inmueble que albergó la señera Casa Ginory, donde se degustan las inigualables tapas de pescado rebozado, nació César en 1919.
 
En la pequeña plaza situada delante del Hospital Insular se encuentra una escultura suya de homenaje al Dr. José Molina Orosa, fechada en los sesenta. Enfrente, en el otro lado de la dársena de Naos, en el puerto náutico-deportivo Marina Lanzarote, la oficina de CICAR exhibe una reproducción del mural que el artista realizó para la primera terminal del Aeropuerto, un hermoso y certero retrato de la geografía física y humana de la isla de mediados del siglo pasado.
 
En la otra punta del litoral se encuentra el Museo Internacional de Arte Contemporáneo del Castillo de San José, una intervención de mediados de los setenta que también dirigió Luis Morales Padrón como encargado general del Cabildo. César Manrique falleció en 1992. Sí, parece que iba siendo hora que Arrecife reconociera a uno de sus más dilectos hijos.

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