Echedey: Sumergirse en la porquería

Echedey: Sumergirse en la porquería

El candidato Echedey Eugenio, que tanto tiene que ocultar sobre la gestión del agua para proteger a su patrón, no creo que las tenga todas consigo con el líquido —y no tan líquido elemento—, si de lo que hablamos es de las aguas negras que con las lluvias que caen, ascienden hasta las vías y se adueñan de todo lo que cubren. Mierda, al fin y al cabo, que nos invade de forma recurrente por la escasa atención a las infraestructuras y a  la deficiente calidad de las obras cuando estas se acometen.
 
Si tal y como afirma en un artículo sobre lo que piensa hacer si llegara a gobernar, Echedey se  sumerge en la porquería con la pretensión resolver el colapso de las tuberías de desagüe, no estaría de más recordarle que su partido, Coalición Canaria, que viene gobernando desde hace 25 años esta nuestra comunidad canaria, ha gastado unos buenos cuartos en "acabar definitivamente" con las inundaciones en La Plazuela, lo cual es evidente que no ha hecho.
 
Después de semejante gasto, esa zona se ha llenado de mierda de forma recurrente
La cosa consistió en soterrar hace una decena de años algo parecido a un submarino, que, efectivamente, allí se metió, e instalar un cuadro de mandos en la Casa de La Cultura —la innombrable para CC—, supongo que para echar a funcionar el monstruo e impulsar a la red las aguas pluviales y la porquería en los momentos álgidos. No tengo que contar que, después de semejante gasto, que no de inversión, esa zona se ha llenado de mierda de forma recurrente con lluvias moderadas.
 
Si a Echedey le interesara, que lo dudo, le informo que aquel disparate de obra lo hizo su partido, Coalición Canaria, siendo director general un conejero, Mariano de León. La obra fue acometida por una empresa nuestra. Aunque la cosa se sabía que no iba muy allá porque apestaba en cada una de la decena de tapas que podemos contemplar, aún así, la empresa gastó unos botes de silicona la víspera de la recepción del asunto por parte del Ayuntamiento. Obra que algún técnico certificó como muy adecuada y se fueron a celebrarlo. Todo muy “lo nuestro”. 
 
Hay más detalles, pero no es el momento de poner en evidencia la relación de connivencia que algunas empresas, supuestamente, tienen con la administración para que certifiquen la excelente calidad de lo que no lo tiene y quiénes hacen, aún hoy, de contacto. Es que la obra pública da mucho de sí, aún hoy.

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