Educación: Un director para Lanzarote

Educación: Un director para Lanzarote

Los cambios políticos, indefectiblemente, generan una cascada de movimientos en todas las áreas vinculadas a los cabildos, ayuntamientos y Gobierno de Canarias. Personas con cargos de confianza y nombramientos de toda índole comenzarán a ser cesadas para asignar esas responsabilidades a otras cercanas o afiliadas a los partidos políticos. Lo habitual es buscar perfiles afines a las tareas a desempeñar. Raro es que se salga de los límites del partido la búsqueda de profesionales de los ámbitos que interesen. Lo propio es premiar fidelidades y cercanías sin que la competencia tenga que ser una condición.
 
En el caso de Educación, el profesorado y el cuerpo de Inspección Educativa serían las canteras dónde buscar a los próximos consejeros y directores generales del Gobierno de la comunidad,  pero también a los directores insulares que son la cara de la Consejería en cada una de las islas del archipiélago, con excepción de La Graciosa que depende orgánicamente de Lanzarote.
 
Sintonía, atención y profesionalidad ha brindado Mario Pérez a las direcciones de los centros educativos bajo su responsabilidad
Con la próxima salida del actual director, Mario Pérez, tocará asignar a la persona que, al menos, muestre la misma sintonía, atención y profesionalidad que Pérez ha brindado a las direcciones de los centros educativos bajo su responsabilidad. Diferencias ideológicas aparte, suponiendo que Coalición Canaria (CC) tenga una ideología, Mario Pérez ha sido un elemento de conciliación y de puente con las distintas áreas de la Consejería que ha venido representando, y su llegada fue un revulsivo para olvidar la nefasta gestión de su antecesora, precisamente del PSOE, en la etapa anterior y que debió ser colocada por la entonces viceconsejera, Manuela Armas. Un error estratégico, aquel, que merecería ser enterrado y olvidado, pero que no resulta posible por el nuevo escenario que se abre, por aquello de los riesgos que se corren.
 
Arbitrariedad y peloteo debieron ser las máximas de la tarea de aquella directora insular. El por qué se menciona este asunto ahora lo motiva una vacante que próximamente se generará en la Dirección Insular de Educación, que espero sea cubierta por cualquiera cuya limpieza, buen hacer y profesionalidad sea demostrada, esperando que el PSOE, de administrar esta Consejería, pueda establecer con extrema nitidez qué adornos deben asistir a la persona a la que designe para tan sensible asunto, esto es, la educación y las familias en torno a ella. Que, al menos, tenga el talante de Mario Pérez.

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