El mercado

Nos aficionamos a esto de ver películas en un cine viejo de la barriada de Titerroy llamado curiosamente Cine Hollywood (curiosamente, porque con los años nos hemos vuelto anti hollywoodenses militantes). Casi siempre eran películas del oeste o de miedo y los martes y los jueves eran los días de estreno. Asi fue hasta que entró en casa un nuevo electrodoméstico, un enorme televisor en blanco y negro. De esto hace ya muchos años, demasiados.

La primera vez que vinimos a Cannes fue en 2010 y nos pareció estar en el centro del mundo del cine. La sección oficial, las secciones paralelas, los grandes autores del cine actual. Poco a poco fuimos descubriendo la dimensión verdadera de este Festival. El Marche du Film es literalmente un mercado donde se venden y se compran películas en lugar de queso fresco o manojos de rábanos. El Mercado de Cannes es uno de los más importantes del mundo, junto con el de Los Ángeles, California. Literalmente, se trata de puestos, de stands, donde los agentes de ventas colocan sus productos, las películas. Se hallan ubicados en el mejor sitio posible, en los sótanos del Paláis, desperdigados en un laberinto en el que siempre nos perdemos, inevitablemente.
 
“En Cannes muchos tramos de la playa, que no es muy distinta de la de El Reducto (para entendernos), es de uso privado”
 
El Marche se prolonga en carpas y ventorrillos por toda la avenida de la Croisette, algunas con vistas al mar, apropiándose por unos días en exclusiva de un cacho de playa. En Cannes muchos tramos de esta playa, que no es muy distinta de la de El Reducto (para entendernos), es de uso privado. Las aguas de las playas son tan pringosas que jamás  les recomendaríamos un baño. Corren el riesgo serio, además,  de impregnarse  de un tufo a petróleo del que no podrán desprenderse durante varios días. Palabra de honor.
 
El Marche se prolonga también en lo sótanos en forma de pequeñas salas donde se exhiben los productos, cines chinijitos con capacidad para 30-40 personas a los que uno entra con la sensación de que te van a pasar un porno. O una snuff movie. El Marche es un mundo aparte. Aquí acuden los ejecutivos, con el iPhone pegado a la mano, sin cortarse un pelo para atender a mensajes o llamadas (a voz en grito) durante las proyecciones. Entran y salen y vuelven a entrar y sentarse en las butacas  dejándose caer como sacos pesados, haciendo temblar las endebles paredes.
 
“Como organizadores que somos de la Muestra de Cine de Lanzarote, nos hemos dirigido a estos agentes de ventas de Cannes”
 
Con frecuencia se pregunta uno si todo esto del Festival y la Palma de Oro y las películas no son sino una mera excusa para los negocios del Mercado. Para cerrar contratos, firmar proyectos futuros en las servilletas del Casino de Cannes. Una película en marcha, tal cual se ha anunciado aquí, la protagonizan Javier Bardem y Penélope Cruz sobre el narco Pablo Escobar. Se titula “Loving Pablo, Hating Escobar” y el director será Fernando León de Aranoa. Que dios nos coja confesados.
 
Como organizadores que somos de la Muestra de Cine de Lanzarote, nos hemos dirigido a estos agentes de ventas de Cannes para negociar algunas películas. El desprecio con que te tratan es el mismo que habremos sentido todos cuando vamos a un banco a pedir unas perras prestadas o a hipotecarnos. Altos ejecutivos, pelo engominado, tufo a desodorante.
 
El mundo del cine puede resultar asqueroso y repulsivo. En esos momentos es cuando deseamos volver a la casilla de salida para recuperar la fe. Desear volver a sentarnos en las incómodas butacas de madera del Cine Hollywood y esperar tranquilamente a que te pasen una película del oeste. O una de miedo.
 
Marcho Arrocha

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