Top Secret, 26 de febrero de 2020

El pleito

El pleito

El consejero del Cabildo, Juan Manuel Sosa, acudió la pasada semana al edificio de los juzgados con intenciones de dejar clara una cosa: no quiere saber nada de recursos, súplicas, recontrarecursos y recontrasúplicas que el grupo de Coalición Canaria en el Cabildo de Lanzarote está presentando contra la decisión del juez del Juzgado número 3 de Arrecife de archivar el llamado Caso de las Cocinas de Jameos. Sosa lo explicó este lunes de Carnaval en la entrevista de Biosfera TV. Vino a decir que cuando se interpuso el pleito él ni siquiera se dedicaba a esto de la política y que no es nadie para discutirle ninguna decisión a un juez. Él, que es médico, no se siente a gusto yendo a los juzgados igual que un juez tampoco disfruta yendo al quirófano. En este último caso tampoco hace falta ser juez para evitar las visitas a según qué sitios. Total, que se plantó en el despacho de Su Señoría para decirle que lo borren de ahí. Que no tiene interés en seguir con la vaina y que si su nombre sale ahí es como consecuencia de su pertenencia a un grupo del que ya no forma parte.

El grupo

En efecto, Juan Manuel Sosa ya no forma parte del Grupo Nacionalista en el Cabildo de Lanzarote. Entre nosotros: mucho aguantó. Un hombre de su posición, y de su veteranía, bastante ha tenido que soportar. Y el día que lo quiera contar, será él quien lo cuente. En el actual gobierno, formado por el Partido Socialista y el Partido Popular, ha encontrado un buen cobijo, compañeros de verdad, y una líder, María Dolores Corujo, que no sólo respeta a las personas, sino al trabajo que realizan esas personas. Las intrigas palaciegas, el cerrar la carpeta cuando ves a alguien entrar en el despacho, el bajar la voz cuando te sorprenden hablando por el móvil, dice Sosa, ya no se ve como se veía en otras experiencias de gobierno que tuvo. Y todo eso que lo ha ganado en salud y en noches en las que puede dormir plácidamente. Que no siempre fue así, afirma.

Raquel

El energúmeno que abordó a la periodista Raquel Guillán ha sido doblemente condenado. Por abusos sexuales y lesiones. Por lo que se vio en cámara y lo que no se vio, porque hubo más. Frente a los que dudan sobre si lo que hizo el sujeto es abuso sexual o no, el artículo 181 del Código Penal es claro: “el que, sin violencia o intimidación, y sin que medie consentimiento, realizare actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona, será castigado con una pena de uno a tres años de prisión, o multa de dieciocho a veinticuatro meses”. Se consideran abusos sexuales no consentidos los que se ejecuten sobre personas “que se hallen privadas de sentido o de cuyo trastorno mental se abusare, así como los que se cometan anulando la voluntad de la víctima mediante el uso de fármacos, drogas o cualquier otra sustancia natural o química idónea a tal efecto”. No es no.

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