El PP y la OTAN

A este hombre se le nota —políticamente— un poco desquiciado, en parte quizá debido al marrón que le dejó su predecesor Rajoy con un partido en caída libre, y en parte quizá como consecuencia de la pinza que le está haciendo Vox a su derecha y Cs a su izquierda. De otro modo no se explica que el presidente del PP haya viajado a ultramar para “poner en valor” la posición geoestratégica de Canarias en la Alianza Atlántica y proponer que el Africom, el mando de la OTAN para África, —ubicado en Alemania—, se traslade a las Islas. 
 
Nadie a su alrededor le advirtió que Canarias dijo no a la OTAN en referéndum a mediados de los años ochenta del siglo pasado, cuando el conjunto del país votó a favor, aunque por los pelos. Al venirse arriba Casado, sugirió que el Archipiélago podría obtener ventajas debido asimismo a su posición geoestratégica, como la de convertirse en centro financiero internacional de baja fiscalidad cuando culmine la salida del Reino Unido de la Unión Europea. No sé qué idea de estado tiene este hombre en la cabeza al entender que las Islas no son más que moneda de cambio.  
 
Pablo Casado vino a respaldar la candidatura de Asier Antona a la Presidencia del Gobierno de Canarias y se nos entusiasmó. Sólo le faltó anunciar que cuando toque poder, Rivera y Abascal mediantes, hará lo imposible por autorizar extracciones de petróleo a tutiplén en aguas cercanas a Lanzarote y Fuerteventura, porque el crudo es un negocio en extinción y hay que protegerlo con todas las medidas al alcance del PP. Está fatal, este hombre, por mucho que sonría, al no querer entender que Canarias es, en esencia, una plataforma de paz.

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