Top Secret, 22 de marzo de 2019

El prólogo del Centenario

FOTOS: José Luis Carrasco

La Fundación César Manrique ha presentado este jueves los actos con los que conmemorará los Cien años de vida de su fundador. Pero antes su presidente, José Juan Ramírez, quiso dejar un par de cosas claras. Siga leyendo...

 

El prólogo del Centenario

El prólogo del Centenario

La Fundación César Manrique ha presentado este jueves los actos con los que conmemorará los cien años de vida de su fundador. Pero antes, su presidente, José Juan Ramírez, quiso dejar un par de cosas claras. Muy pocos entre el público que abarrotó la sala José Saramago de la Fundación César Manrique en Arrecife esperaban un discurso como el que pronunció este jueves José Juan Ramírez. El presidente de la Fundación César Manrique es un hombre de exquisita educación, de máxima discreción y de enorme prudencia. Su rol en la Fundación que Manrique creó en vida y de la que asumió la presidencia tras su muerte, ha sido crucial para que la institución haya alcanzado el prestigio y el reconocimiento internacional que hoy tiene. Su cargo, además, le ha exigido un proceder diplomático que le ha valido ir acumulando no pocas afrentas sin apenas levantar la voz. No durante un día, si no a lo largo de muchos años. Y este jueves, antes de que el director de la Fundación, Fernando Gómez Aguilera, desglosara el programa de actividades, José Juan Ramírez habló claro.

El diluvio

Con un discurso sereno y un verbo contundente, en medio de un silencio absoluto, José Juan Ramírez cargó con dureza contra el grupo de Gobierno del Cabildo de Lanzarote, a cuyos componentes acusó de haber actuado con “irresponsabilidad” y “falta de respeto” en la gestión de la efeméride y ante la solicitud de consenso efectuada por la institución para evitar la politización y la instrumentalización de la figura de César, máxime en un año electoral. "Y hay representantes públicos que naturalmente lo han entendido, y lo agradecemos, y hay quienes como el grupo de Gobierno del Cabildo, con el respaldo del Gobierno autonómico, frente a esa reclamación justa y pertinente, han respondido huyendo hacia adelante, con irresponsabilidad y falta de respeto". Y añadió que "esas  actitudes no van a contar nunca con el apoyo de la Fundación. Tendrán nuestro rechazo y lógicamente cierran el paso a cualquier entendimiento o colaboración". Todo ello tras recordar, en el inicio de sus palabras, que la primera obligación de la institución es ”cumplir y hacer cumplir lo que César deseó y proyectó que ocurriera tras su muerte".

No unos cualesquiera

José Juan Ramírez puso el acento en algo obvio: la Fundación “representa la voluntad de César Manrique una vez desaparecido, por su propio deseo. Sobraría decirlo, pero parece necesario recordarlo". Y dijo, en fin, que la Fundación “no ha permitido en 27 años ni va a permitir en la actualidad la instrumentación política ni la falsificación o deformación del legado creativo, ecológico-ambiental, turístico, social y ético de César Manrique borrando la memoria de lo que fue porque resulte incómodo e incompatible con determinadas visiones de la realidad o ambiciones políticas". Entre el público, sentados o de pie, o mismamente a su lado, José Juan Ramírez pudo sentir las miradas cómplices, orgullosas y satisfechas de los miembros de la Fundación César Manrique. Un equipo de gente de enorme altura personal e intelectual y que han sido testigos mudos de no pocos agravios enviados desde los despachos políticos. Este jueves habló su presidente. Tenía cosas que decir.

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