Top Secret, 24 de enero de 2019

El que vuelve, el que se va y el que sigue

El que vuelve, Callero en Teguise. ¿Alergia a la tiza? El que se va, otro de IU también en Teguise. ¿Tenían concejal? El que sigue igual, quien cuenta a los que están en lista de espera en Sanidad, que siempre le salen de menos.

El que vuelve, el que se va y el que sigue

El que vuelve, el que se va y el que sigue

El que vuelve, Callero en Teguise. ¿Alergia a la tiza? El que se va, otro de IU también en Teguise. ¿Tenían concejal? El que sigue igual, quien cuenta a los que están en lista de espera en Sanidad, que siempre le salen de menos. Cuando se fue pareció un drama. Sin embargo él se lo tomó con naturalidad y hasta daba la sensación de que estaba deseando reiniciar las clases en Primaria. Al menos se le oyó decir lo feliz de reencontrarse con alumnos y alumnas. Pero no se fue del todo, puesto que conservó el acta de concejal pero sin ninguna competencia. Las malas lenguas comentan que en Teguise cayeron en la cuenta de quién iba a sustituirle si dejaba el acta y lo frenaron a última hora. El caso es que se fue a dar clases aparentemente feliz. Y ahora regresa al Ayuntamiento. O mejor, retoma las competencias que dejó abandonadas. Lo cual quiere decir que dejará el cole, aunque este extremo no está confirmado. Igual sigue y compatibiliza ambas cosas porque el cariño que dice sentir por el alumnado es incompatible con hacerles pasar ahora, a ellos y a las familias, la típica faena que se da cuando un docente pide la baja. ¿Es el de Toni Callero otro caso de alergia a la tiza o, por el contrario, es alguien con desmesurada vocación de servicio público? Ese Ayuntamiento, por cierto, también protagoniza otra de las notas políticas del miércoles: la dimisión del concejal de Izquierda Unida. Uno que ya sustituyó a otro. Ni del uno ni del otro se sabe nada de su acción política. A ver el tercero. O tercera.

El que sigue

En la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias han vuelto a sacar pecho por el descenso en la lista de espera. Ha sido el mismísimo consejero, José Manuel Baltar, quien ha informado de que la lista de espera quirúrgica ha experimentado una reducción interanual del 14,1 por ciento, según los datos registrados a 31 de diciembre de 2018. La comparativa con el mismo período del año anterior, ha dicho, refleja una disminución de 4.049 pacientes menos en la lista de espera quirúrgica estructural de los hospitales del Servicio Canario de Salud. En Lanzarote la cosa estaría tal que se ha reducido en un 40% (de los peores porcentajes de toda Canarias, por cierto). Porque si nos creemos estas cifras, nos creeremos que Fuerteventura baja un 97%, La Palma un 90%, el Negrín un 74%, La Candelaria un 68% y hasta el Marterno Infantil nos supera, pues se reducen en un 53%. En cuanto a las pruebas diagnósticas, lo más destacable es la reducción de la demora en un 14 por ciento y 21 días de media. Y en el caso de las consultas 6 días menos de espera.

¿Aplaudimos?

A la espera de que alguien de su partido, y las juventudes, se congratulen, si le preguntamos a la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Canarias veremos que no hay tantos motivos. De hecho acusan a la Consejería de Sanidad de desarrollar "nuevas trampas" para "camuflar" las listas de espera. El presidente de la organización, Guillermo de la Barreda, ha asegurado que están preparando un estudio con datos recabados entre el personal sanitario sobre esta cuestión y que, en la fase preliminar, "se deduce" que los datos difieren mucho de los ofrecidos por la Consejería. "Ni los propios jefes de servicio de los hospitales se creen los datos de la lista de espera", advirtió Guillermo de la Barreda, quien sí reconoció el descenso en algunas especialidades por la aplicación de la cirugía mayor ambulatoria. El portavoz cree que uno de los métodos para disfrazar las cifras es "dar órdenes a los jefes de servicio hospitalarios para aplicar medidas conservadoras de tratamiento" en lugar de recurrir a la vía quirúrgica. El miembro de la organización declaró que también se están remitiendo pacientes susceptibles de una operación a comités de evaluación, encargados de decidir si recomiendan este procedimiento o no pese a que así lo haya indicado un especialista, lo que puede suponer una demora de unos tres meses para su inclusión en la lista de espera quirúrgica. Ahora, ustedes quédense con lo que les inspire más confianza.

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