El régimen electoral canario

El régimen electoral canario

Cuando Coalición no se ha repuesto aún de la reforma electoral canaria, y de las elecciones, y de la pérdida de poder en las Islas, y del golpe en la mesa de Ana Oramas, y de que Asamblea Majorera haya sacado a pasear sus siglas… ahora se le aparece, como un espectro, el régimen electoral en las siguientes curvas que debe transitar. La anterior innovación del sistema electoral rebajó topes para acceder al Parlamento y creó una lista regional de nueve diputados. Para muchos, la reforma fue insuficiente; para otros, un atentado al equilibrio democrático en las Islas.
 
El caso es que el artículo 39 del nuevo Estatuto de Autonomía hace referencia al régimen electoral. Una ley del Parlamento de Canarias aprobada por una mayoría de tres quintos regulará el régimen electoral con arreglo a varios criterios. Entre otros, el número de diputados no será inferior a cincuenta ni superior a setenta y cinco; las circunscripciones electorales podrán ser de ámbito autonómico, insular o de ambas; y cada una de las islas, a excepción de La Graciosa, constituyen una circunscripción electoral. Asimismo, a ninguna circunscripción insular se le podrá asignar un número de escaños inferior a otra que tenga menos población de derecho.
 
Para empezar a hablar, Nueva Canarias (NC) plantea que la futura proposición de ley del régimen electoral salga de una subcomisión de estudio con las aportaciones realizadas por expertos propuestos por los grupos de la Cámara, además de la organización Demócratas para el Cambio, principal impulsor social de la reforma que se puso en marcha en las elecciones del pasado mes de mayo. El objetivo es disponer de un nuevo régimen electoral a mediados de la legislatura.
 
En la subcomisión citada cada grupo parlamentario propondría un experto y la idea sería llegar a un amplio acuerdo que alcance o supere la mayoría cualificada de tres quintos de los 70 parlamentarios (42 votos) para aprobar la nueva norma electoral. De ese foro saldría la proposición de ley que sería debatida por el Parlamento. Más ocupados y preocupados por otras cuestiones, de momento nadie ha dicho esta boca es mía ante la propuesta de NC, pero no hace falta estar muy puestos en los vericuetos de la política canaria para vaticinar quiénes se opondrán a un acuerdo.

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