Top Secret, 5 de marzo de 2020

El relato

El relato

De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda la palabra ‘relato’. La utilizamos, efectivamente, para que nos describa, con el máximo detalle, unos hechos determinados. Acaso quienes más a menudo echan mano del relato son los guías turísticos. Cada día narran con precisión aquello que muestran a nuestros visitantes. Estos, por lo general, desconocen lo que tienen ante sus ojos y, más allá de esa percepción, agradecen que les describan las características de lo que están viendo. Generalmente enriquece la experiencia. Por ejemplo: no es lo mismo guiar a los turistas frente al Puente de las Bolas y decirles ‘aquí un puente’, que explicarles que es una obra única en Canarias por sus características en cuanto a la construcción, que se construyó en el siglo XVIII, que servía de defensa frente a los ataques piratas, que forma parte de un todo junto al Castillo de San Gabriel al que dejaba aislado, levando el puente, en cuanto asomaban los barcos enemigos y otra serie de detalles que, en su conjunto, hacen que ese puente se entienda mejor

Gofio

En la gastronomía moderna viene ocurriendo ya algo similar. Cada vez se hace más necesaria una buena explicación del paisaje que ponen delante de tus ojos y que, a menudo, percibes también a través de los aromas. Según que época, en el Puente de las Bolas también. El caso es que no es lo mismo que venga el camarero y te ponga delante un cuenco de gofio escaldao y espabílate, a que te cuenten que significó este alimento en los tiempos de la hambruna, cómo hay que comerlo, de cuantas maneras más se suele comer…en definitiva, que te pongan en valor cada alimento que normalmente el visitante desconoce y que se anima a probarlo por aquello de que a donde fueres, haz lo que vieres. Convendrán conmigo en que no es lo mismo que te planten delante, sin más, el cuenco de gofio a que te construyan un relato alrededor de él. De repente, ese alimento tan sumamente humilde alcanza otra dimensión. Te podrá gustar más o menos, pero ya estás degustando algo más que un simple plato de comida.

Centros

En todo eso me puse a pensar al ver que, en los restaurantes de los Centros de Arte, Cultura y Turismo, los productores están defendiendo sus productos. Locales, por supuesto. El personal de sala de los restaurantes ha de poseer cuanta más información, mejor. Todo lo necesario para construir un relato alrededor del producto, capaz de cautivar a quien lo vaya a probar y de predisponerlo a adentrarse en una experiencia única. Veía en la foto, por ejemplo, a Davide Musci, creador del vermú Primo, hablarles a los profesionales de los Centros. Seguramente a muy pocas personas les motive salirse de las marcas de vermú más populares. Y si nadie se lo ofrece, capaz que ni reparan en que existe uno local. Pues ahí entran en acción los guías turísticos en que se convierten los que asisten las salas de los restaurantes. El relato acerca del producto hace mejor la experiencia de haberlo probado. Te llena de nuevos conocimientos. Y, al cabo, hasta te hace comprender, en ocasiones, el porqué del precio de su precio. Así que los Centros Turísticos, que hoy volverán a ser protagonistas por otras cuestiones menos amables, hacen bien en formar a sus profesionales en este ámbito.

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