Top Secret, 20 de noviembre de 2018

El ventilador

El ventilador
Hay dos formas de enfrentarse a las críticas: argumentar para desactivarlas o encender el ventilador para que la mierda salpique tanto que te haga menos visible. Ramón Bermúdez, presidente del PIL, optó por esto último. Bermúdez trató de desmentir que “su” PIL no es el mismo que el de Dimas Martín y, por tanto, el de aquel tiempo, usando las mismas técnicas que en no pocas ocasiones usó el “viejo” PIL. De hecho de no ser por el logo y las siglas, que las ha cambiado, diríamos que seguimos anclados en los noventa, periodo que el propio Bermúdez conoce bien porque ya se dedicaba a esto de la política. Por resumirles, para no cansarles: todo lo que de malo le ha ocurrido al PIL en este mandato es culpa de seis de los ocho cargos públicos a los que han tenido que echar o aburrir, de algunos medios de comunicación que se ve que le tienen manía y de la falta de escrúpulos de quienes no han respetado que se pegara 10 meses alejado de la presidencia ejecutiva como consecuencia de la enfermedad de su mujer. Insistimos: todos los respetos (¡faltaría más!) ante una situación como esta. Pero todo es cuestión de prioridades. Verán, para el conjunto de la sociedad un partido político, con sus programas y sus políticas ha de estar por encima del individuo. Sin embargo, en la escala humana, la persona es siempre más importante que el partido. Bermúdez eligió bien dando prioridad a su vida personal. Pero se equivocó al no abandonar el PIL o delegar en sus vicepresidentes (que tiene dos, al parecer) y en otros dirigentes.
 
Los escrúpulos
Ramón Bermúdez compareció con muchas espinas clavadas. De nuevo su “yo” se puso por delante del partido. Arremetió sin ningún tipo de miramientos contra los ex concejales en Arrecife y San Bartolomé. Y fue especialmente duro con el consejero en el Cabildo, Manuel Cabrera. Como mínimo, en cuestiones de elegancia, o de falta de ella en toda esta historia, se puso al mismo nivel que ellos. Incluso traspasó una delicada línea dando a conocer un mensaje escrito que, vía móvil, le mandó su concejala en San Bartolomé. Un gesto que deja bien incluso al “viejo” PIL. En definitiva poco se podía esperar de una rueda de prensa que comenzó con un Ramón Bermúdez dejando sentado que “ni estoy liberado, ni estoy enchufado, yo solo estoy trabajando”. Un menosprecio mayúsculo a la ciudadanía que sabe perfectamente cual es su circunstancia ¿laboral? y que incluso adivina los porqués de ella. No obstante todo lo anterior, en su comparecencia hubo tiempo también para una noticia (al margen del cambio de imagen corporativa): el PIL se presentará a las próximas elecciones “solo o acompañado”. No especificó las siglas de la compañía.
 
Los contenedores
Uno de los numerosos lectores de este Top Secret se pone en contacto con nosotros para cuestionarnos acerca de la sustitución de los contenedores amarillos que sirven para botar plásticos, latas, tetra briks y similares. “Han quitado el contenedor amarillo que estaba cerca de mi casa y en su lugar han puesto uno pero con los agujeros pegados a la pared, con lo que no hay manera de tirar nada en ellos”. El comunicante asegura haber visto que todos están así (y, en efecto, así es) y se pregunta si es que “tiene que venir alguien a inaugurarlos o algo”. La verdad es que desconocemos a qué obedece la circunstancia que nos plantea, pero estando en las fechas en las que estamos no sería descabellado pensar en la teoría del lector. Trataremos de averiguarlo y ya lo plasmaremos aquí mismo, en este humilde espacio que, sin embargo, levanta no pocas ronchas por ahí afuera.

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