Elogios a la Villa

La Villa de Teguise está bien, de ahí los reconocimientos. Teguise, nombre con el que se ha impuesto, pues antes era sólo la Villa, podría estar mejor. ¿Cuánto de mejor?  Pues depende de la mirada que se tenga sobre ella y de la formación y exigencia de quien observe. La clase política ve poco y ve lo que le interesa, por tanto, le parecerá que todo está de revista y se ahorrará destinar unos cuartos al que pasa por uno de los conjuntos históricos mejor conservados de Canarias. Pasa por serlo, pero le queda serlo acometiendo alguna tarea para lograr la excelencia.
 
Siendo uno de los objetivos pendientes la redacción del Plan Especial, ese donde se establece cómo y cuánto intervenir en el Conjunto Histórico, a mis ojos no es tan perentorio como el hecho de tener claro lo que queremos hacer como paso previo al encargo de aquél. Y, por supuesto, resulta esencial a quién se le encarga. Pero tenerlo claro implica conciliar desarrollo y conservación, y no pensar en una urbanización de lujo con adosados en esas calles seis veces centenarias.
 
La Villa no las tiene todas consigo si de lo que se trata es de apostar por un buen Plan Especial
Teguise contó con un borrador de Plan Especial realizado por un grupo de técnicos, pero lo que salió no fue tanto unas directrices sobre cómo intervenir desde la preservación del Conjunto, sino cómo meter presión y aprovechamiento urbanístico al frágil suelo. Desconozco si fue una instrucción desde el Ayuntamiento o una iniciativa de los redactores, pero no les salió Marbella por los pelos. Resultaba un Plan alejado de los valores, que es la circunstancia que propicia la protección de cualquier bien.
 
En estos momentos, la Villa no las tiene todas consigo si de lo que se trata es de apostar por un buen Plan Especial, pues la nueva Ley de Patrimonio Cultural perpetrada por Coalición Canaria (CC), de aplicarse en toda su extensión a los bienes protegidos, puede  suponer su destrucción. Bravo, por tanto, a CC y a sus tropas montadas en excavadoras en la tarea de "salvar" el patrimonio. Atado lo dejaron para el empresariado afín y que lo desenmarañen es tarea del nuevo gobierno.
 
Perdido Arrecife para el patrimonio, sólo queda hacerlo bien en un par de asuntillos
Teguise demanda el establecimiento de una línea que dibuje algo mejor los difusos límites actuales del Conjunto Histórico, así como la definición del entorno de protección del que carece, porque sin este, la presión de lo que se haga a su alrededor condicionará la percepción de tan valioso patrimonio. Tiene tarea el Ayuntamiento de Teguise y la tienen el Cabildo y el Gobierno, y si algunas decisiones pueden  dilatarse en el tiempo, esta no es una de ellas.
 
Perdido Arrecife para el patrimonio —asunto que ya debiéramos superar—, sólo queda hacerlo bien en un par de asuntillos. Haría es el otro tema. Y los catálogos insulares, y los bienes incoados y no declarados, y el cableado en las fachadas catalogadas, y los criterios de intervención en los bienes protegidos, y los rótulos comerciales en ellos... Nada, un par de cosillas que a ver por dónde las cogemos, y, sobre todo, quién liderará los retos. Ahí sí que estamos poco finos.

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