Top Secret, 3 de septiembre de 2020

Espejismo

Espejismo

Durante la primera ola de la pandemia, entre marzo y junio, el máximo de positivos que se detectaron en un solo día fue de 5 casos. Y nos alarmamos. Este lunes hemos sumado 13 y casi que lo celebramos. Los casos de coronavirus en Lanzarote siguen saliendo como salen las setas en otoño a poco que haya descargado algo de lluvia durante el verano. Aquí lo que se ha descargado durante buena parte de julio y agosto han sido las ganas de socializar del personal. Desde la visita a los parientes y los asaderos familiares y entre amigos, a las fiestas más o menos descontroladas de los jóvenes en villas privadas. O en discotecas que hacían fiestas sin hacerlas y la gente bailaba sin llegar a bailar. De alguna de estas fiestas, por cierto, salieron unos cuantos positivos al tiempo que se amenazaba a quien vinculara una cosa con la otra. En fin. Demasiado tentador que nos presentaran la nueva normalidad coincidiendo con el inicio del verano. Ya lo comentábamos ayer: abrieron la puerta del confinamiento y salimos, todos, a darlo todo. Lo peor ya había pasado y lo próximo, allá por octubre, calculaban los especialistas.

Rastreo

Cuando este martes las estadísticas arrojaron que solo se habían detectado 13 nuevos positivos, una corriente de alivio se mezcló con los alisios de septiembre. Pero, como estos, el consuelo fue efímero. La propia presidenta del Cabildo, María Dolores Corujo, ya advirtió en Biosfera TV que probablemente esa baja cifra -en comparación a lo que venía siendo habitual- fuera sólo un espejismo. En efecto, ayer se regresó a unas cifras de desasosiego: 45 contagiados más. En total 435 personas enfermas de covid-19 en Lanzarote. La inmensa mayoría, 407, en Arrecife. Los barrios de Titerroy y Valterra, los más afectados. Tanto que la propia presidenta, en la misma entrevista, no se atrevió a descartar la posibilidad de un confinamiento en esas zonas. Cierto es que dijo que, hoy por hoy, se está lejos de esa posibilidad. Todo dependerá de la evolución de los contagios estos próximos días.

Responsabilidad

En buena medida, el proceder de cada ciudadano determinará hacia dónde nos encaminamos. Ya sabemos de dónde venimos: de un verano, insistimos, absolutamente anárquico. Pero esto de la responsabilidad individual, siendo parte fundamental, no parece suficiente. Hay realidades, familias, individuos, donde seguir una cierta disciplina vital es tarea más compleja que en el resto. Y las administraciones, en el empeño de no dejar a nadie atrás, han de procurar que tampoco nadie caiga en las garras del virus. Probablemente el que viva en una casa de más de 150 metros y teletrabaje, tiene menos opciones que aquel que comparte 50 metros con cinco o seis miembros más de su familia, que sale a trabajar a ambientes no del todo seguros y que se mezcla al día con gentes de diversa procedencia. Al hilo de estos debates comentaba ayer un lector que tampoco se ha hecho demasiado por frenar -sanción mediante- tanta fiesta y tanto descontrol como ha habido durante la segunda mitad de julio y buena parte de agosto. Y, si, a la hora de buscar responsables, pocos nos libramos.

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