Top Secret, 28 de abril de 2020

Estadísticas

Estadísticas

Puede que nos hayamos acostumbrado a contemplar las estadísticas sobre los casos de la Covid-19 como meras cifras, datos, números, gráficos…y no reparemos tanto en que, tras cada guarismo, hay una historia personal que merece ser conocida. En Biosfera TV hemos hablado con las dos primeras mujeres que abandonaron el Hospital General Dr. José Molina Orosa tras haber estado en la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI). Si nos quedamos sólo con ese dato tenemos, de un lado, el incuestionable tanto periodístico firmado por una de nuestras compañeras de redacción. Y, de otro, la mera cifra: dos mujeres. El frío dato. Y en común tiene eso, sí: el sexo y el triunfo sobre el virus. Pero sus historias son muy distintas. De entrada, son dos mujeres de edades bien diferentes: 38 y 57 años. De procedencia distinta, de realidad familiar con poco en común y que se enfrentaban al contagio a partir de una fuente que nada tiene que ver la una con la otra. Su estado de salud tampoco se parecía en nada.

Reina

A Reina ya la conocimos: 38 años, cree que se infectó en la estación de guaguas cuando Lanzarote todavía estaba abierta al turismo. Como tantas otras personas utilizaba a diario el transporte público para ir a trabajar a un hotel al sur de la isla. Y ayer conocimos a Carmen. A final de año cumplirá 58. Su batalla contra la Covid-19 ha sido más dura si cabe. Hipertensa, con diabetes y problemas de asma, un ataque del virus tenía muchas posibilidades de ser muy violento. De hecho, así se lo hicieron saber, una vez recuperada, en el propio hospital. Para mayor riesgo estando sedada, en la UVI, le sobrevino un problema cardíaco que tuvo al personal médico más preocupado que por el propio coronavirus. Pero lo superó. Y ha superado también el contagio. Ella cree que fue su hijo quien se lo contagió. De hecho, está segura puesto que vino de Barcelona y al poco empezó a sentirse mal. Su marido también, pero sólo ella precisó hospitalización.

Dispares

No hay un paciente cero en Lanzarote. O un único lugar desde donde se propagó el virus. Los primeros casos que conocimos fueron importados: dos visitantes de la isla procedentes de Madrid, que al poco de llegar se confirmaron como positivos. Reina probablemente en la estación de guaguas; Carmen por su hijo; supimos de personas que regresaron contagiados de un viaje del Imserso. El virus está ahí afuera, o por lo menos lo ha estado, agazapado en los sitios más dispares. El hecho de que en Lanzarote la situación esté más o menos controlada no significa que debamos relajarnos. El uso de protección en manos y cara es más que recomendable en los lugares donde coincidamos con mucha gente. En la isla 84 personas -diagnósticadas por Sanidad- han pasado por la experiencia, amarga en muchos casos. Irreparable en cinco de ellos. A saber cuántos asintomáticos ha habido y hay. Todos tienen una historia detrás.

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