Top Secret, 4 de noviembre de 2019

Estirar el reglamento

Estirar el reglamento

El hoy presidente del Real Club Náutico de Arrecife, Julio Romero, era un lince manejando el Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Entidades Locales (ROF) en su etapa política en el Cabildo. Raro era el debate que se prolongaba más de lo debido que no terminara con Romero esgrimiendo el librito para finiquitar la duda. Es lo más parecido a la solución smartphone que hemos visto, años antes de que se inventaran estos cacharros. Hoy día, ante un dilema, tiramos de navegador web en el móvil y se acabó la discusión entre cuñados. El político, al menos el político insular, tiende a ir al límite. A aprovechar todo el campo que la Ley permita. Algunos, y algunas, han acabado saltándosela de tanto apurar. Presidentes y alcaldes a los que los tribunales les han obligado a celebrar plenos, dirigentes cabildicios a los que un juez les ha tenido que decir que suelten ya el sillón o manda a la policía y, en fin, malabaristas del ROF que empleaban más tiempo en salvar su propio culo que en procurar que los del conjunto de la ciudadanía se sentaran en posiciones de mayor comodidad.

2019

Con el paso de los años se ha ido puliendo el reglamento hasta el punto de hacer prescindible la figura del político ante determinadas acciones. Por ejemplo: las mociones de censura. A diferencia de aquellos tiempos, en la actualidad no hace falta que el presidente de la corporación, que va a ser censurado, convoque el pleno. Hay un plazo establecido ya para ello. De este modo se evita la tentación de convocarlo tarde o nunca, que es lo que ocurría en la isla, y fuera de la isla, hace unos cuantos años. Sin embargo, hoy día también se utilizan recovecos que dejan los reglamentos. En las últimas horas, sin ir más lejos, Coalición Canaria ha acusado a la presidenta del Cabildo de no convocar una sesión plenaria para hablar de las cuentas de las fiestas de San Ginés escudándose en que a la hora de registrar la solicitud a través de la sede electrónica debería haberse hecho como una instancia y no como una solicitud de acceso a la información. Los nacionalistas creen que es una excusa para ir dilatando el tema y no afrontarlo antes de las elecciones.

La abstención

La propia Coalición Canaria no está libre de este tipo de pecados. Sin ir más lejos, en el último pleno celebrado por el Cabildo de Lanzarote encontramos uno. Y un tanto surrealista, para qué nos vamos a engañar. Sucedió durante el debate a cuenta de quitar el gravamen al combustible insular vinculado al mantenimiento de carreteras. Tras el debate pertinente, las posturas parecían claras: PSOE, PP y Podemos a favor de retirar los dos céntimos por litro estipulados en el impuesto, Coalición Canaria en contra. Pero hete aquí que el portavoz suplente de esa formación, Pedro San Ginés, anunció que él se abstenía. ¿El motivo? Nada que tuviera que ver con el fondo de la cuestión, pues decía mantener su posición contraria a la retirada de la tasa. San Ginés cambiaba su voto porque así tenía un minuto para explicar el porqué de ese cambio. Un minuto que él, sin embargo, quería aprovechar para recontra replicar a los portavoces del gobierno y tener él la última palabra. Estirar el reglamento. O retorcerlo.

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