Farolas 30 – Árboles 0

Farolas 30 – Árboles 0

Desde hace décadas, las farolas se vienen imponiendo a los árboles por goleadas de escándalo. La última arroja un incontestable marcador de 30 a 0. El terreno de juego es el  tramo peatonal y el carril bici que discurren entre la entrada al aparcamiento provisional situado junto a la antigua Rocar y la Escuela de Pesca. A lo largo de sus 770 metros de longitud se alzarán 30 farolas. Árboles, ni uno. Para ellas, las farolas, no hay límites: columnas de fibra, doble báculo y lámparas LED. Para ellos, los árboles, ni un desdichado alcorque.
 
El próximo encuentro se disputará en una acera de 340 metros de longitud, prevista en el margen derecho de la vía de servicio de la carretera de salida de Arrecife hacia San Bartolomé. La acera conectará Argana Alta hasta la última nave industrial existente en la zona. Aún no se conoce la alineación del equipo de las farolas, ni el conjunto que presentarán los árboles, pero no sería de extrañar que el partido concluya con una nueva goleada a favor las luminarias.
 
“Los incondicionales seguidores de los árboles se merecen un monumento, porque tienen más afición que el Alcoyano”
 
¿Qué clase de personas consideran que basta con plantar farolas en las aceras para cualificar el espacio urbano? ¿Qué tienen en su cabeza las personas que deciden que los árboles no son necesarios para mejorar la percepción y la vivencia misma de la ciudad? La respuesta es un misterio, al menos en Lanzarote. Una acera ancha es una oportunidad para crear sombra, reverdecer la ciudad, refrescarla y hasta para combatir el cambio climático. El momento de crear o ensanchar una acera es otra ocasión para, al menos, dejar el hoyo en el que algún día puede plantarse un árbol.
 
El pésimo criterio que se viene usando para la elección de las especies mejor lo dejamos para otro día. De momento, los incondicionales seguidores de los árboles se merecen un monumento, porque, aun cosidos a derrotas, tienen más afición que el Alcoyano.
 
JM Quintero

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