Gürtel en Lanzarote

El PP en Valencia se financiaba con dinero negro, ha afirmado el ex número dos del partido en la comunidad autónoma, y comienzan a resquebrajarse las costuras del partido de M. Rajoy, acosado judicialmente por la corrupción y políticamente por Ciudadanos, que comienza a llevarse trozos a bocados en el espacio del centro-derecha. En Lanzarote, lejos de resguardarse de la ola que los amenaza, los populares han decidido exponerse a las tormentas al incorporarse al gobierno del Cabildo para nada, porque no apuntalan una nueva mayoría, a la vez que el Consejo Político del PIL, muerto de risa,  ha mostrado su respaldo unánime al consejero del Cabildo, Manolo Cabrera, en su renuncia a formar parte del nuevo grupo de gobierno, formado por CC, PP y el tránsfuga Juan Manuel Sosa. Si se trataba de batir el récord al ridículo más espantoso, lo han conseguido con creces.

 
El PP lanzaroteño ha decidido arrancarse el corazón para ofrecérselo a su presidenta
 
Quizá las decisiones no sean tan torpes e insensatas como en apariencia se vislumbra. Es sabido que no es lo mismo encarar una campaña electoral en unas locales estando en el poder que en la oposición. La diferencia es enorme y muy sustanciosa, como bien sabe el PP, según se desprende de la instrucción del caso Gürtel, que está sacando a la luz la existencia de una red de corrupción política  que funcionaba principalmente en las comunidades de Madrid y Valencia, pero también en otras. El denominado caso Bárcenas es una derivación del Gürtel y acredita la existencia de una contabilidad B del PP con recepción de donativos ilegales de constructoras y entrega de dinero negro a los dirigentes del partido. Llegan Gürtel y Cs, como un maremoto, mientras el PP lanzaroteño ha decidido arrancarse el corazón de cuajo para ofrecérselo en bandeja a su amortizada -y cada vez más amortajada- presidenta.

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