Top Secret, 17 de marzo de 2020

Guaguas gratis

Guaguas gratis

La medida anunciada este lunes por el Cabildo, la de la gratuidad de las guaguas a partir de hoy martes, debemos agradecérsela, por una vez, al atraso de Lanzarote en muchos aspectos. Quizá ahora nos pongamos las pilas y reaccionemos. A ver. El caso es que la medida, que viene muy bien, dicho sea de paso, no se adopta para amortiguar el impacto económico que se nos viene y que afectará más si cabe a economías frágiles como las de la mayoría de los usuarios de las guaguas. La medida se adopta sencillamente porque las guaguas de la isla no están adaptadas a este siglo. No estamos hablando de la carencia de tecnología de ultimísima generación, sino simplemente de aceptar el pago con tarjeta como ya sucede en muchas ciudades de este país. Y del extranjero ni hablamos. Y quien dice tarjeta, dice móvil, reloj, pulsera o cualquier artilugio con el que podemos pagar hoy día. Menos en las guaguas de Lanzarote donde hay que andar con el billetito y la calderilla. Y el cartel de no tengo cambio para billetes de más de 10 euros.

Decreto

Nos cuenta el Cabildo que como los conductores de la guagua no pueden manejar efectivo, por aquello del peligro de contagio, y como la empresa concesionaria habrá invertido el pastón que se lleva entre el contrato programa y la generosidad de los antiguos directivos de los Centros Turísticos, en otras cosas seguramente más interesantes, pues nos encontramos en estas. Ojo, que a la ciudadanía le viene de lujo ahorrarse los trayectos que, según y cómo te pueden costar hasta seis u ocho euros diarios. Poca broma. Decíamos que quizá esto nos sirva para espabilar. Para modernizarnos. O para ponernos al día, que tampoco hace falta ahora ser más modernos que nadie. Eso de las colas en la terminal para conseguir una tarjetita, la ausencia de facilidades para los trámites online y el pagar con calderilla ha de pasar ya a la historia. Veremos.

Tahíche

Situación muy complicada en el Centro Penitenciario de Tahíche. La tensión es máxima. La ausencia de comunicaciones tiene a los internos fuera de sí. ¿Por el ansia de no poder ver a sus seres queridos? Pues seguramente sea eso. ¿Quizá porque sus seres queridos no les pueden entregar el habitual paquete cuando van de visita? A lo mejor tiene que ver. ¿Por lo que contiene alguno de los paquetes? Imaginamos que ayuda a no poder contenerse. Muchas veces en los paquetes que los seres queridos enviaban cuando existía la mili o a los presos, en este caso, va lo bueno. Lo que nos gusta. Lo que nos recuerda a la vida en sociedad que hemos perdido momentáneamente. Y, claro, la ausencia de todo aquello que nos pone contentos y nos hace felices, pues acaba notándose. Y cuanto más contento te pone una cosa, más la echas en falta cuando no la tienes. Y si a eso le pasa a mucha gente en muy poco espacio, pues ya la tenemos liada.

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