Opinión

Hace tiempo

Hace tiempo que los servicios sociales comunitarios se limitan a mitigar las nefastas consecuencias de la aplicación a lo largo de estos años de políticas de austeridad. 
 
En nombre de una impuesta y supuesta racionalización de la gestión pública, se produjo una devastadora y sutil eliminación de numerosos servicios, programas y recursos de atención/intervención social, argumentado su falta de sustancia (efectividad en términos monetarios) y de duplicidades (las mismas que después se producen a través de empresas u entidades de “conocidos gestores públicos”). 
“Se sacrifica el trabajo de calle, de diagnóstico contextual, por el trabajo de casos”
 
Les podía hablar de lo que supone trabajar en los servicios sociales de base locales. La fatiga e imponencia que produce en los trabajadores debido a la carga excesiva, la ausencia de personal/recursos y el “disparate cómplice” de algunos representantes públicos que entienden el área como una red clientelar para alcanzar comunes objetivos políticos. 
 
No puedo explicarles cómo se siente uno cuando ve pasar por el departamento año tras año a las mismas familias, los mismos rostros, las mismas preguntas, los mismos problemas…. No puedes irte a casa tranquilo sabiendo que no se puede dar una ágil respuesta a complejos problemas que recaen en una atención social primaria (desahucios, precariedad extrema, menores, adicciones, violencia de género, personas mayores dependientes, conflictos interculturales, etc.), sin preparación especializada ni medios para afrontar con solvencia dichas situaciones. 
 
Estas carencias hacen que se destierre la planificación, la prevención y el trabajo comunitario o en red; se hace inviable la eliminación de las necesidades y los problemas de los más vulnerables, convirtiéndonos en la “pomada que alivia los síntomas, sin  más…”. Se sacrifica el trabajo de calle, de diagnóstico contextual, por el trabajo de casos. 
Se evidencia la necesidad de contar con unos servicios sociales donde tenga cabida la sociedad civil
 
Los servicios sociales no suelen ser un área a la que se le dé mucha relevancia hasta que vienen unas elecciones. Entonces en todos los programas de las diversas formaciones se resalta la voluntad de fortalecer la protección social, se vende como prioridad absoluta de las políticas que podrán en marcha. Que quede claro: ¡NO todos son iguales!, pero en la mayoría de los casos, se limita a eso, es decir, propaganda para captar a potenciales votantes… Una vez concluido el proceso, se olvidan o matizan posteriormente (degradando seriamente su contenido, claro) las cosas que dijeron. 
 
Parece que en un contexto de crisis sociosanitaria sin precedentes como el actual, que afectará a una inmensa mayoría de familias (el virus de la precariedad y la escasez empieza a asomar sin piedad), se evidencia la necesidad de contar con unos servicios sociales donde tenga cabida la involucración activa de la sociedad civil y desde se articulen programas y servicios comunitarios que solventen con efectividad las complicaciones que se avecinan.  

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