Top Secret, 19 de noviembre de 2019

Inoportuna

Inoportuna

La nota de prensa que divulgó ayer el Partido Popular de San Bartolomé. Mientras uno de sus exconcejales era condenado por contribuir a la malversación de 600.000 euros de ese ayuntamiento ellos sacaban un comunicado criticando la gestión económica del Partido Socialista, en el gobierno en ese municipio desde hace ya un par de legislaturas buenas. En este Top Secret no pensamos que el PP batatero haya tratado de desviar la atención ante la condena por corrupción de uno de sus exconcejales en el consistorio. Entre otras cosas porque eso es imposible. En esta isla solemos estar muy atentos a lo que emana de los tribunales de justicia. Y lo que este lunes salió de allí es la condena de la Audiencia Provincial a un empresario, José Daniel Hernández, un técnico, Carlos Sáenz y un político, Pedro Reyes, exconcejal y, en su día, hombre fuerte del PP en San Bartolomé. Entre los tres se las ingeniaron para levantarle casi cien millones de las desaparecidas pesetas a las arcas municipales.

Gestión

Y conste que la nota de prensa puede tener toda la razón del mundo, que ahí ni entramos ni salimos. Pero, hombre, hacerla pública el día que uno de tus exconcejales no es que haya hecho una mala gestión económica, sino que acaba de confesar y lo han condenado a cárcel por cosas tan feas como prevaricación administrativa, fraude y malversación de caudales públicos, mínimo chirría un poquitín. De ahí lo de inoportuna. Porque la confesión de los condenados no deja lugar a la más mínima duda. Igual que hicieran posteriormente en Arrecife, y donde también salieron condenados, el técnico y el empresario inflaron al ayuntamiento a facturas por trabajos no realizados o conseguidos mediante fraude de ley hasta exprimir la cuenta corriente municipal. Con el visto bueno del concejal en, al menos, la mitad de los casos.

La trama

El tema es que el ayuntamiento adjudicaba a la misma empresa, propiedad del condenado, multitud de obras divididas en fracciones de hasta 12.000 euros para así eludir la obligación de sacarlas a concurso. “Se creaba la ficción de la adjudicación directa por contrato menor”, dijo la fiscalía. Se contabilizaron hasta un total de 36 expedientes sin contrato. En 13 casos no se hizo obra ni se prestó servicio alguno. De los 36 el político del PP estampó su firma en 17. De los otros 19 nada se sabe qué político autorizó el gasto. O el robo, visto lo visto. En fin, que unido a la trama de San Bartolomé del Caso Montecarlo fue una especie de muy triste fin de fiesta de la corrupción municipal que asoló a ese ayuntamiento desde principios de los noventa hasta entradito ya el siglo XXI. Todavía quedan cosas por juzgar, no ya en San Bartolomé, si no en Yaiza y Arrecife. Y seguro que veremos más caras de condenados y condenadas. Que no les dé pena alguna. Oirán decir que ellos también tienen familia. Y la tienen. Y hubiera sido mejor que se acordaran de la familia un poco antes de delinquir y no reclamar ahora, condenados ya, que seamos el resto quienes nos acordemos de ella

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