Top Secret, 7 de enero de 2020

La careta

La careta

Ana Oramas se ha quitado la careta y, de paso, se la ha quitado a media Coalición Canaria. El ala más conservadora de los nacionalistas, la burguesía chicharrera de ATI, enarbola con orgullo la bandera de España. Ante la satisfacción de Abascal. La indisciplina de Ana Oramas la puede llevar a liderar la parte que quede de la actual Coalición Canaria una vez descontados los progresistas -Asamblea Majorera y tres o cuatro más por ahí por la periferia- o la puede convertir en la Rosa Díez canaria. Ya saben, esa señora mayor inspiradora de las más variadas chanzas por sus desvaríos en Twitter. Sea como fuere su arrebato le ha costado un  disgusto a una formación política, la suya, poco acostumbrada a la autocrítica. Fíjense que el comunicado tras analizar el comportamiento de la señora Oramas está más lleno de avisos a quién critique desde fuera que a asumir que algo les está pasando por dentro: “CC-PNC no permitirá que sean otros agentes los que marquen el sentido de las acciones que deben avanzarse o cómo y cuándo debe actuar como organización”. Ni pistas sobre el cómo o el cuándo de la cosa. Y, eso sí, las explicaciones sólo a sus “militantes y las personas que confiaron en nuestro proyecto político”.

Una pena

Lo cual, ya ven, es una pena. Porque Oramas dice hablar en nombre de todo el pueblo canario para indisciplinarse y votar cosa distinta de lo que dictaron los órganos de su partido. Y cita a la democracia para tomar una decisión contraria a lo que democráticamente decidió su partido. Un poco de locos, sí. Sólo CC en Fuerteventura, es decir, los que mamaron Asamblea Majorera -en efecto, varios de ellos siguen en activo décadas después- y el Partido Nacionalista Canario -esas siglas, PNC, que ponen después de las de CC- han sido contundentes con el desvarío de la Oramas fuera de Twitter y dentro de la cámara representativa. Mario Cabrera, un histórico de Asamblea Majorera, y por tanto de Coalición Canaria, ha dicho que Ana Oramas, en su actual papel más cercano a la ultraderecha española que al nacionalismo canario, no les representa. Como parece obvio. Y el no menos histórico líder del Partido Nacionalista Canario, Juan Manuel García Ramos, un hombre con demostrada ideología ochoestrellada, habla de traición y espera una rectificación que evite que Ana Oramas acabe como Rosa Díez.

Aplausos

Sin embargo. no todo son gritos desgarradores y un tirarse de los pelos sin fin. Hay en Coalición Canaria quien se emociona ante la demostración de españolidad de Anita. Nostálgicos que con Adolfo Suárez vivían mejor y residentes en la burguesía chicharrera más casposa y con notable ascendencia en Coalición Canaria. Y luego están los que viven esto de la política como un permanente juego de afrentas y venganzas. Así las cosas, cualquier colleja a quien sea del PSOE es poca. A fin de cuentas, es el partido que les ha botado de no pocas poltronas en Canarias que los ¿nacionalistas? creían suyas a fuerza de lustros de fundar sus posaderas en ellas. Los acuerdos que antecedieron al Pacto de las Flores y terminaron en él, han dejado multitud de oramitas por las cunetas de la política canaria. Y eso es imperdonable. Y si hay que rebelarse contra los órganos de su propio partido y hacer erizar de emoción a Santiago Abascal, Espinosa de los Monteros, Ortega Smith y compañía, pues se hace. Salvo que todo haya sido un sueño del que Oramas despierte este martes.

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