La ocurrencia de la concejal Jimena

La ocurrencia de la concejal Jimena

Manrique, César, artista que tocó muchos palos en el mundo de la creación artística, estará presente en la Feria de Artesanía de Los Dolores por decisión de la concejal del Ayuntamiento de Arrecife Jimena Álvarez. Ya conocíamos que el Ayuntamiento trabajaba en un recorrido por la capital siguiendo los hitos artísticos que aquél dejó presentes en su ciudad. La casa natal, la obra pública, la escultórica o la mural son algunas de las pinceladas que podemos apreciar en Arrecife.
 
Llevar ese proyecto al marco de una muestra de artesanía no aparenta otra cosa que un golpito de efecto que otorgue un aire de credibilidad al cabizbajo, desmotivado, poco atento y menos creativo Ayuntamiento. No es una feria de esa naturaleza el lugar para tal objetivo, más, teniendo Fitur a la vuelta de la esquina y cuando antes ya han concurrido para vender la ciudad como destino turístico sin ponerse colorados. La artesanía no es el marco de la obra manriqueña objeto de este proyecto municipal, por lo que parece carecer de todo fundamento su presencia allí.
 
Tendría este proyecto mejor justificación en eventos tipo Fitur

Pasar de la historia de las alfombras de sal el pasado año, que sí tenía encaje, a esta otra disciplina no se entiende muy bien. A la vista de esto, cualquier año la feria va a parecer cualquier cosa menos lo que esperamos de ella y lo que esperan los propios artesanos. Arrecife cuenta con tradiciones artesanas de forma residual porque la propia municipalidad quizás no se ocupa lo suficiente de su fomento.
 
Tendría este proyecto mejor justificación en eventos tipo Fitur, aunque sigamos pasando vergüenza porque el marco de aquella obra siga siendo esta ciudad tan arramblada. Si quieren homenajear al artista con ese recorrido, ya podrían empezar poniendo en valor los espacios públicos de la ciudad, el marco de toda su obra, tan sólo porque para llegar a toda ella haya que hacer mucha calle y muy variada. Y se hace prestando atención a las carencias del espacio urbano, ya no acordándose de él cada poco para meternos una cantinela sobre sus posibilidades, sino interviniendo sobre el mismo de una vez. Es la medida que no adoptan.
 
Si algo podemos decir de Manrique es que tenía mundo, y ese mismo cosmopolitismo debió enriquecer su retina y agudizar su observación. También debió dotarlo de un alto sentido del ridículo que, presumo, le asaltaría sólo de ver que Arrecife, ese que está a la cola de los valores urbanos, estéticos, o medioambientales, y en el que nunca pudo intervenir plenamente, será el marco de una ruta guiada de su obra en el municipio y que una feria de artesanía servirá para vender el producto. Ya, ya... lo sabemos. Resulta poco afortunado ese equipo y juegan tanto a brutos…

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