Opinión

La política bajo el volcán

La política bajo el volcán

Llegará el día en que las erupciones volcánicas que comenzaron en La Palma el domingo dejen de hacer ruido y de echar fuego, lava y ceniza. Ese día La Palma dejará de acaparar la atención de los numerosos medios de comunicación de todo el mundo que están cubriendo el espectáculo-drama que está viviendo la Isla. Junto al inminente silencio informativo de los medios nacionales e internacionales sobre las nuevas bocas volcánicas y sus consecuencias, el centro de referencia política para gobierno y oposición se desplazará a otro lugar. Así ha sido siempre.

Lo que no terminará con el silencio informativo que caerá en las próximas semanas sobre el nuevo volcán y sobre la Isla es el dolor y la desesperación para las personas afectadas por la erupción, para los que han perdido sus casas, sus huertas, sus negocios o sus puestos de trabajo.

Desde un primer momento, las Instituciones y los partidos políticos han estado volcados con La Palma, especialmente con los que están sufriendo las consecuencias de un fenómeno natural incontrolable para el hombre. En esta ocasión, los responsables públicos han sido diligentes y han estado arropando a La Palma y a los afectados. El presidente, Pedro Sánchez, tuvo sentido de la oportunidad para aprovechar su paso por Canarias hacia EEUU y mostrar su apoyo al pueblo palmero. También el líder de la oposición, Pablo Casado, estuvo donde tenía que estar.

Afrontar el reto de la recuperación de la normalidad en el área afectada exige mucho trabajo, constancia, esfuerzo, compromiso, diligencia, determinación y recursos. Habilitar suelo para construir centenares de viviendas, recuperar la actividad económica en las zonas afectadas y reconstruir las infraestructuras y equipamientos públicos sepultados por la lava requiere tiempo y perseverancia. Con los instrumentos administrativos ordinarios el proceso se puede eternizar; por lo tanto, con el compromiso público expresado en La Palma por Gobierno de España y oposición, y con la determinación del Gobierno de Canarias, Cabildo y ayuntamientos afectados, se deben articular urgentemente medidas excepcionales para que la recuperación de la vida y la actividad se produzca cuanto antes. Mientras tanto, transitoriamente, se deben de habilitar todos los recursos que sean necesarios para poder favorecer espacios habitacionales dignos para las personas que han perdido su vivienda.

Las manifestaciones de solidaridad con los palmeros llueven de todas partes, pero la recuperación de viviendas, medios de vida e infraestructuras y equipamientos afectados está fundamentalmente en manos de la administraciones públicas. La historia dice que en situaciones de catástrofes, desgracias o siniestros los partidos políticos intentan aprovecharse para sacar ventajas respecto a sus oponentes; sin embargo, hasta el momento la actuación de las instituciones en la catástrofe que vive La Palma está siendo ejemplar. Gobierno de España, Gobierno de Canarias, Cabildo y ayuntamientos trabajan coordinadamente. También, hasta ahora, los partidos políticos. Es una pena que la sintonía que han mostrado Sánchez y Casado ante el drama de La Palma no se repita en situaciones similares.

Esperemos que todos sigan remando en la misma dirección para que las soluciones a los afectados por las erupciones de La Palma sean tan ejemplares como el comportamiento que hasta ahora están teniendo los responsables públicos. 

Comentarios