La provincia

La división de España en provincias data del primer tercio del siglo XIX y obedeció a una lógica que hoy casi no existe. Las provincias siguen estando vigentes en la actualidad con la única excepción de Canarias, que originalmente constituía una sola, y tanto que lo sufrimos todavía con el mal llamado pleito insular. Sin embargo, a pesar del tiempo transcurrido hay quien cree aun que una provincia es un territorio conquistado fuera de la metrópoli, sumiso y dependiente, que, al estilo de la antigua Roma, debe ser administrado por un gobernador. Metrópoli, Las Palmas de Gran Canaria; provincia, La Graciosa, Lanzarote y Fuerteventura.

La división provincial es una rémora para las aspiraciones de desarrollo de islas como Lanzarote, y por eso hay que eliminarlas en Canarias. Pero ya. La comarca natural en el Archipiélago es la isla. Antes o después, cuando culmine el agotador proceso de reforma del Estatuto de Autonomía, iniciado hace lustros, estará sobre la mesa la erradicación de las paternalistas e inaguantables estructuras provinciales, puesto que sólo generan sumisión y exclusión. Puede que no en este viaje, pero en el siguiente seguro.
 
“Pudiera crearse un Consejo de Autoridades Portuarias de Canarias que aborde problemas comunes y genere sinergias estratégicas para todos los puertos de las Islas”
 
El puerto de Arrecife se encuentra en una isla que forma parte de un Archipiélago alejado del territorio peninsular español y del territorio continental de la Unión Europea. El hecho insular y la caduca división en provincias requieren un tratamiento diferenciado mediante la creación órganos autónomos de decisión, como sería disponer de una Autoridad Portuaria propia. Sólo la lejanía y el carácter insular justificarían que una isla como esta cuente con una Autoridad Portuaria para gestionar y administrar adecuadamente una instalación trascendental para su desarrollo.
 
Baste decir que Lanzarote carece de modos alternativos de transporte para abastecerse, como sucede en los territorios continentales con el ferrocarril o las autopistas, lo cual agudiza la necesidad de contar con un Puerto bien auto gestionado y bien dotado de infraestructuras. Este planteamiento no excluye, más bien al contrario, que pudiera llegar a crearse un Consejo de Autoridades Portuarias de Canarias, que, sin inmiscuirse en las competencias de cada una de ellas, aborde problemas comunes y genere sinergias de interés estratégico para todos los puertos de interés general de las Islas. Todos en pie de igualdad.
 
Tanausú Lemes

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