Top Secret, 8 de junio de 2018

Lanzarote y el Gobierno de Pedro Sánchez

Lanzarote y el Gobierno de Pedro Sánchez

Lanzarote y el Gobierno de Pedro Sánchez
Una vez conocidos los nombres de las personas que ocupan los distintos ministerios empiezan los nombramientos “de ahí para abajo”. ¿Nos encontraremos con algún conejero o conejera en las distintas escalas gubernamentales? Difícil. Pero no imposible. Lo que es seguro es que tendrá que haber un nombramiento en la Subdirección Insular de la Administración General del Estado, lo que antes se llamó, y aún se suele denominar para simplificar las cosas, Delegación del Gobierno. Alguien tiene que sustituir al actual representante de Madrid en la isla, Juan Prats. No será tarea fácil. No tanto hallar el perfil adecuado cuanto encontrar a Juan Prats para sacarlo de ahí. Es tremendamente complicado dar con un director insular de proceder tan gris (oscuro) como el del que será sustituido en breve. Evidentemente, Prats dista mucho de ser como le han obligado a actuar en el Partido Popular. De un tiempo a esta parte, el PP ha convertido las direcciones insulares en lugares herméticos y a sus moradores en políticos muditos, que sólo abren la boca para tragar canapés en los Ángeles Custodios o la Virgen del Pilar. Antes también lo hacían, pero por lo menos eran fácilmente localizables cuando se terciaba alguna cuestión que les competía. Probablemente entre la locuacidad de Loly Luzardo y el silente Juan Prats hay término medio. 
 
Sin vértigo
El hombre o la mujer que ocupe la Subdirección Insular de la Administración General del Estado, ha de cumplir un requisito obligatorio, ser funcionario, y otro opcional, carecer de vértigo para interrumpir su carrera profesional y representar a un Gobierno, el Central, al que, como mucho, le quedan dos años en la actual legislatura. Y, luego, la incertidumbre de unas elecciones para las que ya no hay encuesta que valga porque frente al nuevo panorama todas las que hasta ahora se han hecho son papel mojado. Si la memoria no falla, el último director insular socialista fue Orlando Suárez, maestro, sindicalista de largo recorrido y actual presidente de la Sociedad Democracia. Otros  socialistas que ocuparon el despacho fueron Agustín Torres, fallecido en 2014,  Marcial Martín Bermúdez, alejado de los sillones políticos tras ejercer como alcalde de San Bartolomé y parlamentario regional, o Carmelo García Déniz, igualmente político de larga trayectoria. Así que ya sabe: si es usted socialista, de militancia o corazón, y es funcionario de la administración pública, envíe el currículum a la sede del PSOE en la isla. A ver qué pasa. 
 
Centenario de César
En el acto oficial de la conmemoración del Centenario del nacimiento de César Manrique, el que organice la Fundación que lleva su nombre como depositaria legítima de la voluntad y de los derechos legales y morales del artista, tendrán que estar las autoridades de primer nivel. Como lo estuvieron en la inauguración de la sede de la Fundación César Manrique, en Taro de Tahíche, en marzo de 1992. Es previsible, por tanto, que hasta el lugar se desplace el ministro de Cultura de España, el periodista y escritor Màxim Huerta, cuyo reciente nombramiento está haciendo correr ríos de tinta. Y con notable caudal, además. Ya en la inauguración estuvo el ministro de la época integrante, asimismo, de un gobierno socialista. Y aquí vienen las inevitables comparaciones. En marzo de 1992 era ministro de Cultura uno de los padres de la Constitución, Jordi Solé Tura. El político y jurista catalán fallecido en 2009 destacó por su lucha contra el franquismo desde el Partit Comunista Unificat de Catalunya (PSUC), para luego ingresar en el PSC, y firmó una decena de libros de ensayo sobre política, catalanismo, constituciones y periodos constituyentes en España... Apartado de la vida pública desde 2004, año en que le diagnosticaron Alzheimer, se hizo pública la enfermedad en diciembre de 2007, cuando su hijo, Albert Solé, anunció la realización de un documental, dirigido por él y titulado Bucarest. La memoria perdida que trataba de la misma y que fue premiado con un Goya. Probablemente, aquel día el hoy Ministro de Justicia, Màxim Huerta, habría ido a clase en la Universidad CEU San Pablo de Valencia, donde pocos meses después terminaría Ciencias de la Información.

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