Las otras cosas

 Las otras cosas

Cuando la pandemia nos deje, y esperemos que nos deje cuanto antes y con la mayor parte de la gente en pie, hablaremos de otras cosas. Por ejemplo: de la Ley del Suelo a la que este martes se ha referido el nuevo responsable político del área. Y lo ha hecho para mayor desencanto de quienes esperaban un desmonte total del invento de Coalición Canaria para dar carta blanca a la especulación. Eso decían, al menos. La versión oficial, la que dio el gobierno anterior, era la de simplificar la maraña administrativa y, naturalmente, dotar de mayor protección los espacios naturales de las islas. Bien, pues este martes, decíamos, la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias ha anunciado que iniciará en los próximos días una ronda de consultas con los cabildos y ayuntamientos del Archipiélago, a través de la Fecai y la Fecam, para revisar la actual Ley del Suelo y detectar las principales debilidades en su aplicación.

Debilidades

Debilidades que, por lo visto y a pesar de la dura oposición en este ámbito de los últimos cuatro años, no se conocen suficientemente. El consejero regional responsable del área, José Antonio Valbuena, dijo que su objetivo “es incorporar esas apreciaciones de las diferentes administraciones canarias a las ya recabadas internamente en la propia Consejería”. Y añadió que “no será la única fase de consulta que contempla esta revisión de la Ley, ya que tenemos el propósito de reunirnos con colectivos, entidades y responsables de otras consejerías del Gobierno de Canarias”. Hasta el momento, las aportaciones de los distintos servicios de la Consejería se han centrado en aspectos puntuales de la Ley como la evaluación ambiental del planeamiento y proyectos, los planes generales de ordenación, la regulación de los espacios naturales protegidos, la ordenación del suelo rústico, la protección agraria o los planes de ordenación de los recursos naturales.

Todos tranquilos

José Antonio Valbuena quiso dejar muy claro que “en ningún caso se pretende derogar la actual Ley, sino revisar determinados artículos de su texto, para agilizar trámites y facilitar las funciones del resto de administraciones implicadas”. O sea: simplificar la simplificación de la maraña administrativa. El mensaje parece ser que está todo bien, sólo que hay que ir más rápido en dejar hacer las cosas que se dejen hacer. Que si no se toca la Ley del Suelo de Coalición Canaria -más que para cambiarle el nombre y llamarla Ley del Territorio- serán muchas. La previsión es que a finales de este año se ponga en marcha el proceso de consulta pública de esta revisión de la Ley.​ Terminará pronto, si la revisión es tan simple como la pinta el consejero. Queda un día menos para empezar a saberlo. El mismo tiempo que resta para salir de donde estamos metidos.